Nadie pone en duda que Gernika-Lumo es símbolo mundial de la paz. No solo por los hechos que rodearon su terrible bombardeo allá por el año 1937 o porque el genial Pablo Picasso diese respuesta artística a esa barbarie con su icónico Guernica para la Exposición Internacional de París de ese mismo año. Desde el restablecimiento de la democracia, han sido innumerables los eventos que desde la localidad foral han venido a clamar por la paz. La última iniciativa –propiciada por el Museo de la Paz de la villa– es la elaboración de dos murales de gran formato a cargo de los alumnos y alumnas de 4º curso de Barrutialde Institutua dentro del proyecto Rememchild.

Se trata de una iniciativa europea compartida por diversos socios entre los que se cuenta un equipo de expertos y profesionales procedentes de universidades, fundaciones, memoriales y museos europeos como la Universidad Nacional de Educación a Distancia y el grupo de investigación Migraciones y Conflictos Bélicos en la época contemporánea (UNED); la Universidad Rey Juan Carlos (URJC, en Madrid); el European Observatory on Memories (EUROM, Fundació Solidaritat-Universitat de Barcelona); la Fundación Museo de la Paz de Gernika; el Maison d’Izieu (Francia); la Fondazione Campo Fossoli (Italia); el European Association of History Educators (EuroClio, en Holanda) o el International Committee of Memorial Museums in Remembrance of the Victims of Public Crimes (ICMEMO, Francia).

Rememchild trata de “recuperar experiencias y memorias infantiles durante los conflictos bélicos europeos, especialmente en la segunda Guerra Mundial y la postguerra”, un periodo “convulso y crucial en la historia de Europa, marcado por dos conflictos bélicos mundiales, así como por sus múltiples consecuencias sobre la población civil”, destacan los promotores de esta iniciativa.

Pues bien, de esos ecos bélicos ha surgido este proyecto –financiado por la Comisión Europea en el marco del programa Citizens, Equality, Rights and Values - European Remembrance– que viene a lanzar una proclama contra todo tipo de guerras que se disputan en la actualidad, como es el caso del conflicto que viene asolando la franja de Gaza, donde ya se contabilizan 21.000 fallecidos en la guerra abierta entre Israel y Hamas. “En este caso concreto, se creó un laboratorio” llamado Muros contra el olvido, inciden desde el Museo de la Paz de Gernika, un centro que entre sus principales cometidos está difundir la cultura de la paz, especialmente entre los menores que visitan sus instalaciones en la localidad foral.

“La idea principal de esta iniciativa fue dibujar un mural a la vista del mayor número posible de gente mostrando que la guerra afecta de manera muy negativa a los más pequeños y nos lanzan un mensaje claro: Gerrarik ez (No a la guerra)”, profundizan esas mismas fuentes. De hecho, y con la ayuda del artista Mikel Aldekogarai Kezon, los alumnos y alumnas de Barrutialde Institutua conocieron los secretos del muralismo al realizar “un taller donde por un lado, se conocieron testimonios de niños y niñas que sobrevivieron a bombardeos en diferentes épocas de los siglos XX y XXI, y a continuación se procedió a explicar la historia” de esta técnica. Ambas obras se pueden visualizar en las inmediaciones del parque de bomberos de Arratzu y en el centro educativo.