El Museo Guggenheim Urdaibai será un proyecto de revitalización económica y cultural de la comarca, pero también de recuperación medioambiental. Y es que, además de la construcción de sus dos nuevas sedes en Gernika y Murueta, permitirá dar un importante salto en la descontaminación de suelos y renaturalización de la biosfera; su ejecución permitirá recuperar más de 60.000 metros cuadrados de suelos industriales, hoy en día ocupados por las ruinas de la antigua fábrica de Dalia y los astilleros, cuya descontaminación arrancará el próximo año y se prolongará hasta 2025. La mayoría de ellos, además, se destinarán a parques y zonas verdes, ya que los edificios del museo en sí ocuparán alrededor de un tercio de los terrenos.

La ampliación en discontinuidad del Museo Guggenheim parte de una premisa básica: su ubicación en plena reserva de la biosfera de Urdaibai, un espacio en el que conviven, desde hace décadas, la actividad humana y la riqueza ecológica. Es por ello que uno de sus principales objetivos es, precisamente, potenciar esos valores naturales, sustituyendo los antiguos emplazamientos industriales por espacios respetuosos con el medio ambiente y la recuperación ambiental de la zona.

Y así se recoge en el convenio que han firmado la Diputación Foral de Bizkaia y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, por el cual este último financiará con 40 millones de euros diferentes actuaciones con un importante impacto ambiental. Las cifras son más que significativas: se recuperarán más de 60.000 metros cuadrados de suelo tanto en la antigua Dalia como en los astilleros, se van a regenerar 20 hectáreas de marisma hoy en día desecada, se restaurará el cauce natural de la ría, descontaminar el acuífero de Gernika, soterrar 600 metros de tendido eléctrico y renaturalizar 41.000 metros cuadrados de terrenos actualmente industriales. Los edificios en los que se ubicará la actividad cultural, además, estarán integrados en su entorno y serán neutros en emisiones de carbono.

Uno de los pasos más visibles y tangibles del proyecto de la ampliación en discontinuidad del Museo Guggenheim en Urdaibai será el derribo de la antigua fábrica Dalia, todo un símbolo de la actividad económica de Gernika durante las últimas décadas. Esa operación está, según han confirmado fuentes de la Diputación, a la espera de la licencia que tiene que otorgar el Ayuntamiento. Las instalaciones de la cubertera se han vaciado ya en su totalidad y, entre los elementos, se han conservado algunas de las vidrieras que adornaban los edificios. A la espera de si se pueden aprovechar en el nuevo equipamiento cultural, se han guardado en el elkartegi ubicado en la antigua Malta.

La parcela sobre la que se asientan los astilleros Murueta ronda los 42.000 metros cuadrados, ocupados en su totalidad por los pabellones y diques, a los que hay que sumar los más de 17.000 que ocupa la antigua fábrica de Dalia, en Gernika. Serán 60.000 metros cuadrados, ahora industriales, que se recuperarán dándoles una nueva vida, eliminando sus residuos industriales y renaturalizándolos. Porque los edificios que albergarán la nueva sede del Guggenheim en la biosfera necesitarán solo una pequeña parte: aproximadamente un 25% en los astilleros, lo que supone unos 10.000 metros cuadrados, y algo más de la mitad de los terrenos de Dalia, otros 8.500. ¿El resultado? Que de esos 60.000 metros cuadrados de suelos industriales de hoy en día, se pasará a 19.000 de edificios integrados y neutros en emisiones, y 41.000 de paisajes naturales y zonas verdes.

Pero esa recuperación pasa, sí o sí, por descontaminar esos suelos, en los que durante décadas se ha desarrollado una intensa actividad industrial. Por una parte, en Gernika, se desmantelarán todos los edificios e instalaciones existentes y se limpiarán los suelos y el acuífero, una reivindicación histórica de los vecinos de la zona. La Diputación lleva ya tres años trabajando en la caracterización del suelo de la vieja cubertera, esto es, saber, mediante sondeos qué tipo de contaminación hay y dónde está.

Ese mapa ya está prácticamente completo en los dos metros más superficiales, por lo que se está a la espera del visto bueno del Gobierno vasco para ejecutar los trabajos, que retirarán las tierras que están más contaminadas y se enviarán a un gestor autorizado.

A más profundidad se encuentra el acuífero, que consta de varias capas: una primera de arc illas y lodos, y otra más subterránea, a partir de los diez metros de profundidad, de rocas que contienen agua al ser muy porosas. Aunque la caracterización de esta zona avanza de forma más lenta, sí se han logrado muy buenos resultados con el sistema que se ha testado para descontaminar el agua mediante estimulantes. La actividad cubertera llenó el subsuelo de compuestos organoclorados, a diferentes profundidades y en distintas zonas no solo en Dalia, sino también en el elkartegi, donde se ubicaba la antigua fábrica de Malta, y en toda la vega; técnicos de la Diputación han comprobado que la inyección de esos bioestimulantes, inocuos para el medio ambiente, es capaz de degradar la contaminación hasta eliminar su peligrosidad.

Todo el acuífero, para 2025

Esta descontaminación arrancará de forma efectiva el próximo año, con la construcción de más pozos para inyectar el bioestimulante de forma masiva. Si todo va sobre lo previsto, esa descontaminación de todo el acuífero podría estar culminada en 2025.

También el de los astilleros Murueta es un suelo potencialmente contaminado, al haber acogido esta actividad industrial desde 1943. Los principales compuestos en esta parcela son los hidrocarburos y los benzopirenos, que únicamente han afectado al terreno en el nivel del suelo. De la misma forma que en Gernika, también aquí se ha analizado el entorno para saber dónde se concentra la contaminación y se eliminará también una vez finalice la actividad de los astilleros que, pese a haber trasladado el grueso de su producción a Erandio, aún mantienen operativa su sede original.

Las trece actuaciones recogidas en el convenio firmado entre la Diputación y el Miteco incorporan también la posibilidad de incorporar otras medidas compensatorias y correctoras, así como estudios medioambientales, que puedan ser exigidos por las autoridades competentes en la materia a medida que se vaya ejecutando el proyecto, así como otras iniciativas que se incorporen finalmente en el Guggenheim Urdaibai.

Otros aspectos

  • Bidegorri. Solo se podrá llegar a Murueta a pie o en bicicleta. Para este último modo de transporte, se habilitará un bidegorri de 3,5 kilómetros de longitud entre Gernika y la sede museística que se ubicará en los astilleros. Se renovará el ya existente entre Murueta y Dalia, y se crearán nuevos carriles bici entre la BI-2235 y el astillero, en Forua y desde Forua y Dalia. Los detalles del trazado se acordarán entre los tres ayuntamientos y agentes sociales y vecinos de los municipios.
  • Propiedad del suelo en Murueta. Una de las variables que se deben despejar, a medida que se avance en el proyecto, es definir la propiedad del suelo de los astilleros en Murueta, que mantienen su actividad actualmente.
  • 40 millones más por cuenta de la Diputación. A los 40 millones que aportará el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico para las actuaciones medioambientales en el contexto de la construcción del Museo Guggenheim en Urdaibai, la propia Diputación prevé otro montante igual para ejecutar el equipamiento cultural en sí.
  • Tendido eléctrico. Las actuaciones también recogen el soterramiento de 600 metros de una línea eléctrica que hoy discurre de forma aérea en Murueta.