En las txosnas se repitió la misma imagen: dar a la masa la forma de los futuros talos sin un momento de respiro porque los pedidos se sucedían en la barra. En un día como ayer “haremos y serviremos entre 800 y mil”, calculó Joaquín Lezama, de Sopuerta. Su hija, Argiñe, añadía otros dos ingredientes que favorecen una afluencia como la de ayer a la feria de San Andrés y La Inmaculada de Gordexola: “que no caiga en medio del puente de diciembre y que salga buen tiempo”. Una ocasión para disfrutar del producto de la comarca y ganadería de altura en el vigésimo concurso provincial de raza frisona, el cuarto de asno de las Encartaciones y la trigésima feria de artesanía, que anticipó los preparativos para la Navidad.

En total se repartieron por el recinto cerca de un centenar de puestos, cuarenta de ellos de alimentación y derivados en la plaza Molinar. Después de hora y media de viaje desde Urretxu, allí llegó a las 8.00 José Etxabe, habitual del evento. “Aquí se vende bien”, ratificó. Entre su género, “lo que más nos demandan es el queso de oveja”. La laudioarra Yolanda Gastaka ofreció a probar una porción de sus solicitados pasteles vascos que “mantienen el precio” a doce euros, aunque le suponga reducir los márgenes.

Entre los productos de caserío elaborados de manera artesanal no faltó la representación de Enkarterri. La Rotura de Balmaseda, Granja Murrieta o Bizkai Berries, estas dos últimas explotaciones, radicadas en Galdames. “Y no debemos olvidarnos del pan”, cuya feria del Ogi Eguna se celebrará en Nochebuena. Allí existe un “potente” sector primario, valoró Javier Villaescusa, precisamente de Bizkai Berries. Hace “siete años” se aventuraron a cultivar arándanos ecológicos sin químicos ni pesticidas, que ayer comercializaron en forma de “mermeladas, purés que no llevan azúcar o zumos”. Destacan por sus “propiedades antioxidantes indicadas en infecciones de orina”, como apuntó la compañera del stand contiguo y los vaivenes climáticos les mantienen muy pendientes de las cosechas. “El año que cayó una granizada no cogimos casi nada”, contó.

Una alimentación adecuada constituye una base para los concursos ganaderos que acogió Gordexola. El de asno autóctono de las Encartaciones cumplía su cuarta edición. “Seguimos peleando” por la preservación de la raza; en este sentido, “la unión a nivel Euskadi de Araba (Asociación de Criadores de Ganado Asnal), Bizkaia (Asociación Bizkaina del Burro de las Encartaciones) y Gipuzkoa (Gipuzkoako Astozaleen Elkartea” representa una buena noticia, se felicitó el zallarra José Ángel Gauna, que logró una mención especial del jurado en el certamen con Erreka, una burra mayor de veinte años que “se conserva así de guapa por la genética que trae”, elogiaron los expertos. Casi sin tiempo volvió a salir al escenario con Poli, otro de los cinco burros que cría actualmente. Debe su nombre a que “nació en Polonia”.

Hasta hace relativamente eran utilizados en labores de carga y transporte y “muy apreciados en minería y trabajos forestales, cuya mecanización ha provocado que rocen la extinción”, señala la información que la Federación Vasca de Criadores de la Raza Burro de las Encartaciones puso a disposición de las personas que siguieron las diferentes modalidades del concurso. A día de hoy “se destinan a pequeñas tareas agrarias, como transportar hierba y leña a los caseríos y permanece como recuerdo de la imagen tradicional del caserío”. “Dóciles y ágiles” definió el jurado.

El aspecto físico de los animales computa para adjudicar los trofeos. Que se lo pregunten a María Mon, asturiana de Siero, especialista en acicalar a las reses contratada por “una ganadería”. Con días de antelación “les cortamos el pelo y antes de salir a la pista aplicamos laca, brillo y colocamos el pelo de tal manera que camufle defectos”. Viaja por ferias de todo el Estado para poner en práctica lo aprendido en cursos que imparten en su tierra “incluso profesores internacionales”, explicó sin desconcentrarse ni un ápice mientras peinaba a una vaca en una suerte de túnel de lavado animal previo a salir a la pasarela.

“Especulación” con la leche

Acompañó a Casa Nueva de Valnera, Karrantza, que competía en el concurso de frisona con “ocho novillos y siete vacas”, precisó Irene Arnaiz, al frente de la explotación con su marido. La fiebre hemorrágica del ganado “no nos afecta, en cambio, la especulación con la leche sí: nos están tirando los precios”, denunció. Sus 150 vacas producen aproximadamente “56.000 litros de leche al mes” que entregan a “una cooperativa de Asturias”.

En la naturaleza hallan inspiración en Artzi Natural, que vende por Instagram sus decoraciones. Desde “flores secas a cedro, piña o bolitas de los plátanos” que ornamentarán muchas mesas en Navidad. “Nuestra casa cambia con cada estación”, compartieron en Gordexola.