La asociación Haria, que ofrece a la juventud de Getxo y alrededores la posibilidad de disfrutar de su tiempo libre en euskera, recibirá este año el XIV Premio de Euskara Argia Ereiten. Desde su creación, las y los monitores han trabajado de forma voluntaria en la organización de actividades, como colonias itinerantes, excursiones e iniciativas de acercamiento a la naturaleza y el patrimonio cultural, etc. El galardón, una escultura del getxotarra Ibon Garagarza, será entregado en un acto que tendrá lugar el próximo martes, en Muxikebarri.

El grupo Haria nació en 2019 cuando monitores de las colonias de verano Bapiruke se dieron cuenta de que la juventud que no podía participar en esta iniciativa por razones de edad, no tenía en la zona una oferta similar para su tiempo de ocio. “Después de dar vueltas, seis monitores empezamos a pensar que había un vacío para hacer actividades en euskera para jóvenes de entre 12 y 18 años y nos pusimos a trabajar para ofrecerles algo, poniendo en marcha el grupo Haria”, explica Garazi Aranguren, monitora desde el inicio. El grupo también busca fomentar valores como el montañismo, el cuidado de la naturaleza, la interculturalidad y el conocimiento del patrimonio cultural vasco, del entorno y trabajo comunitario, a la vez que propiciar relaciones entre jóvenes vasco parlantes, en un ambiente amable. El nombre del grupo muestra su deseo de ayudar a mantener el hilo/relación entre adolescentes y el euskera.

El grupo de jóvenes impulsó el primer campamento itinerante por Uribe Kosta en verano de 2020 y, desde entonces, no ha parado de reforzar su compromiso con el euskera y la juventud, de forma asamblearia, teniendo en cuenta sus opiniones. “Siempre hemos tenido claro que una de nuestras particularidades es que sea un trabajo voluntario porque creemos en el proyecto y no queremos perder su espíritu”, señala Garazi. Las y los monitores animan a las y los participantes que cumplen 18 años a sacar el título de monitor y sumarse al proyecto, de cara a asegurar su futuro. En estos momentos están al frente de este equipo una decena monitores de entre 18 y 32 años y, según Garazi, pueden ofrecer actividades a un número no superior a 50, porque no tienen capacidad para atender a más. Como máximo pueden aceptar a quienes entran en un autobús, y los gastos de éste, de una furgoneta de apoyo, de la comida y en caso de necesidad del albergue son pagados por las familias porque no reciben subvención.

Elisabete Egiguren, madre de dos niñas, conoce bien el trabajo de Haria y el esfuerzo de sus monitores. En los primeros años se apuntó su hija mayor, además de para poder realizar actividades en euskera, para hacerlas con amigos y amigas, y ahora ha pasado el testigo a su hija pequeña. “Las y los monitores realizan un gran trabajo, metiendo muchas horas y gracias a ello consiguen crear muy buen ambiente en los grupos. Recomendaría con los ojos cerrados enviar a los hijos”, destaca Egiguren. De la misma opinión es Ekain Escudero, un joven de 16 años, que participa en las actividades que organiza el grupo porque quiere vivir en euskera y se lo pasa muy bien. “Haria nos permite vivir en euskera. Tenemos un ambiente muy bonito y somos como una familia “, reconoce.

Los datos

La asociación. El grupo Haria nació en 2019 cuando monitores de las colonias de verano Bapiruke se dieron cuenta de que la juventud que no podía participar en ellas por razones de edad no tenía en la zona una oferta similar.

Los monitores. Los jóvenes que están al frente del grupo lo hacen de forma voluntaria y organizan colonias itinerantes, excursiones e iniciativas de acercamiento a la naturaleza y el patrimonio cultural, etc.