MUNGIA viajó ayer domingo en el tiempo para retroceder un siglo y revivir la época de la fusión de la villa y la anteiglesia en 1900. Un acontecimiento histórico que supuso el inicio del municipio tal y como es conocido actualmente y cuya escenificación fue posible gracias a la participación de una veintena de asociaciones mungiarras, que tomaron parte en la decimoséptima edición de Lore Jokoak.

De esta manera, los vecinos y vecinas de la localidad abrieron el baúl de los recuerdos y ataviados con sus mejores galas mostraron una estampa de época y representaron cómo era la vida social y sus costumbres hace más de cien años.

La jornada comenzó con la habitual llamada de txalaparta a la fiesta desde el cruce del Ayuntamiento y con la kalejira desde Landetxo, pasando por Atxurizubi, Usandizaga, Lauaxeta, Errekatxu, Ibaibide y Alkartasuna hasta llegar a Foruen plaza. Allí el público pudo disfrutar de estampas tradicionales del municipio como, por ejemplo, los puestos de rosquillas, la degustación de sopa de ajo, talleres de talo, escena de lecheras, remedios caseros e incluso curanderas para leer el tarot o quitar el mal de ojo.

Precisamente, de eliminar esos posibles malos espíritus se encargó Pili Agirre, vecina de Mungia de toda la vida que aprendió la técnica de pequeña en su casa. “Hemos tenido un poco olvidada esta tradición, pero ahora la estamos recuperando”, indicó. Para llevar a cabo el proceso empleó una sartén y estaño. “Se derrite el estaño en una sartén y junto con agua bendita y una rama de laurel u otra hierba se hacen unos rezos”, explicó. Mientras tanto, una persona aguardaba tapada con una sábana el desenlace. “Cuando echas al agua el estaño, si las figuras que salen tienen muchísimas puntas es que tiene mucho mal de ojo. Entonces se repite el proceso varias veces hasta que salgan más redondeadas”, detalló.

Además del espíritu, las curanderas también se encargaron de sanar el cuerpo y la mente a través del reiki. “Es una energía vital universal curativa que todos podemos canalizar y utilizar para la sanación mediante la imposición de manos en nuestro propio cuerpo o en otro organismo”, apuntó Isa Guezuraga, que cuenta con una amplia experiencia en esta técnica curativa que actúa tanto a nivel físico como mental, emocional o espiritual. “Me he formado durante 16 años en un centro de Bilbao”, confirmó al tiempo que trataba de aliviar a una mujer sus malas digestiones. “A través de mis manos le he pasado la energía que hay en el mundo. Sobre todo he actuado en las posiciones de la cabeza, que son las primordiales, y me ha explicado que se le ha movido todo y que ha notado incluso como si tuviera dolores de regla”, detalló.

Además de estos puestos, la localidad también disfrutó de actuaciones musicales, euskal dantzak, bertsolaris, teatro popular, gastronomía, taller de bertsolaritza, barberu dantza y sokatira, entre otras. Asimismo, la cita gastronómica del día tuvo lugar en Euskal Pizkunde etorbidea, donde se pudo disfrutar de una alubiada solidaria. Gracias a esta acción, todo el dinero recaudado con las raciones vendidas irá destinado a la asociación Desafía Dravet, creada por una familia mungiarra con un joven que padece la enfermedad rara denominada Síndrome de Dravet, con la que se pretende mejorar la calidad de vida de niñas y niños afectados, así como promover proyectos de investigación para lograr una cura. Asimismo, en el cruce del Ayuntamiento se ubicó Atxuriko Eskota y la exposición fotográfica Mungiako Eskotak.