Síguenos en redes sociales:

Ian e Iñaki Traba, monarcas del mar

El joven berangoztarra Ian Traba conquista por primera vez el campeonato de España de motos acuáticas y sigue los pasos de su padre Iñaki, con quien comparte esta pasión, y que se ha proclamado campeón estatal por tercera vez

En imágenes: Ian e Iñaki Traba, monarcas del marDEIA

5

DE tal palo, tal astilla. La meteórica carrera del joven Ian Traba discurre a la misma velocidad que su moto de agua: a todo gas. 2023 ha sido el año del estreno de su mayoría de edad y también el de su coronación como monarca estatal de la motonáutica. La velocidad a la que va quemando etapas es asombrosa. Se trata del piloto más joven de la parrilla y el más precoz en ponerse la corona. Bien lo sabe su padre Iñaki Traba, quien también domina la velocidad en el mar. No en vano, la felicidad en la familia Traba se reparte a partes iguales porque padre e hijo se miran a los ojos desde el mismo trono en el mundo de la motonáutica.

Por un lado, Ian, que se subió por primera vez a una moto de agua con 16 años, se ha convertido recientemente en campeón de España en la modalidad offshore GP2 de larga distancia, mientras que Iñaki es doble campeón de España en la modalidad de rallyjet, en dos categorías: GP1 y GP2 atmosférico, además de conquistar un doblete en la Copa del Rey en la modalidad de offshore (navegación a larga distancia) y rallyjet (circuito de boyas).

Una victoria que le ha permitido revalidar su título conquistado el año pasado –que se une al logrado en 2010– y que tiene un valor añadido, puesto que este año la competición reunió en una misma categoría a las motos preparadas y a las que no lo están, como es el caso de la de Iñaki, lo que supone una diferencia abismal al competir con menor potencia en su motor. “Mi moto tiene 180 caballos y las de mis rivales 50 caballos más, lo que pasa es que la fiabilidad del motor es diferente y, precisamente, a uno de mis rivales se le rompió durante la competición”, expone.

Un éxito deportivo al que también hay que sumarle el campeonato regional valenciano, donde padre e hijo también reinaron. Además, estos éxitos vienen precedidos de la exhibición protagonizada por Ian en la Basque Country Cup, “el Dakar del mar”, en la categoría GP2, el pasado mes de marzo.

“Está muy contento y eso que en la última prueba rompió el motor de la moto”, desvela Iñaki sobre el percance sufrido por su hijo en la costa de Mazarrón, en Murcia, donde tuvo lugar del 13 al 15 la última prueba del campeonato de España. “El piloto que iba segundo en la clasificación general quedó en quinta posición y no puntuó lo suficiente para pasarle, pero fue una pena porque Ian podía haber ganado con mayor autoridad y llevarse además la Copa del Rey”, lamenta Iñaki.

Aunque al final consiguió el título, verse fuera de carrera en la última prueba cuando marchaba primero fue muy duro para el joven piloto berangoztarra. Una circunstancia similar a la que le ocurrió precisamente en marzo en Getaria en el campeonato vasco. “La diferencia es que en aquella ocasión le ocurrió a 200 metros de meta y pudo entrar y puntuar. Al día siguiente le dejé mi moto para que pudiera seguir compitiendo. Sin embargo, en esta ocasión yo también estaba en carrera, pero en distinta categoría, y no pude cedérsela”, aclara el progenitor.

Un contratiempo que le hizo vivir a Ian una pintoresca experiencia. Y es que tras el percance, la organización le remolcó hasta la playa más cercana, donde tuvo que permanecer cerca de dos horas hasta que terminó la carrera y le pudieron devolver al punto de partida. Durante ese periodo de tiempo, lleno de impotencia e incertidumbre por no saber cómo transcurría la carrera ni si seguía en la pelea por el título, tuvo la suerte de contar con la ayuda de los locales en un arenal nudista en el que había pocas personas, pero que al menos había un chiringuito. Llegó como un náufrago, sediento y hambriento –al coincidir la hora de la carrera con el almuerzo– y sin dinero encima. Sin embargo, encontró la compasión de la persona responsable del establecimiento playero. “Le dio la ensalada que tenía ella para comer y un botellín de agua”, relata su aita.

Salto de categoría

Una vez concluida la temporada, el calendario de entrenamientos continúa para la familia Traba, especialmente para Ian, que acelera su puesta a punto a nivel físico en el gimnasio para dar el salto a una nueva categoría la próxima temporada. “Al quedar campeón, le obligan a saltar a la categoría F1”, indica Iñaki. Se trata de la modalidad reina. “En esa categoría las motos corren más y tienes que tener más fuerza y destreza para pilotarlas”, apunta Iñaki. Hasta ahora, Ian competía en la categoría F2, en la que se engloban motos de agua con turbo que no están preparadas.

Mientras se recuperan del esfuerzo de este último campeonato celebrado en Murcia, para el que tuvieron que completar un viaje de casi mil kilómetros por carretera, padre e hijo ya planifican los próximos desafíos. Concretamente, la fecha de su retorno a la competición será el próximo mes de marzo, en la Basque Country Cup, organizada por la Federación Vasca de Esquí Náutico y Motonáutica, una competición de resistencia que se disputa durante tres días consecutivos –seis etapas y 450 kilómetros– y que está en pleno auge. “Para la próxima edición se han inscrito el doble de pilotos que el año pasado porque ahora forma parte de las tres grandes pruebas de Europa”, destaca. Ahora el listón está más alto. Como monarcas del mar serán los rivales a batir.