La redacción del pliego de condiciones del contrato de compra de los nuevos trenes del metro determinarán cuántos cambios se introducirán en la nueva serie comparadas con las actualmente en servicio. A falta de que se licite el concurso público, lo que es seguro es que las nuevas unidades, además de poder acoger a más viajeros, contarán con las últimas tecnologías que existan en el mercado para mejorar procurar mejores condiciones para los usuarios.

Hay que tener en cuenta que los trenes más modernos en circulación tienen ya más de 12 años y desde entonces los avances en temas como seguridad, accesibilidad, comunicaciones, mecánica y demás apartados técnicos han mejorado sobremanera. 

Sí es cierto que la nueva camada de trenes se va a tener que adaptar a los de la tercera generación con los que va a compartir la línea 1 y 2 y, sobre todo, a las estaciones, sistemas, vías y energía que utilizarán en su actividad. Por ejemplo, las unidades por estrenar no podrán superar los 90 metros de longitud, la que suman los cinco coches, ya que los andenes de las estaciones subterráneas diseñadas por Norman Foster se construyeron con esas medidas.

Una gran incógnita que se abre es si los responsables del Consorcio de Transportes de Bizkaia se decidirán a cambiar el concepto visual de los trenes, es decir, si las nuevas unidades se encargarán con una estética idéntica a la actual o se decide optar por una carcasa diferente que aporte otra imagen al metro, tanto en forma como en colores. 

Abandonar la actual estructura del tren con un frente casi vertical y un cuerpo en formato paralelepípedo dependerá de si se quiere aportar una imagen más moderna al suburbano y si ello puede implicar muchos cambios, por ejemplo, en la distribución de los espacios interiores.

Así lo hizo Euskotren en 2011 cuando jubiló a las viejas series 3500 y 200 encargando una nueva generación S-900 con una imagen totalmente moderna que es la que mantiene en la actualidad en todas las líneas ferroviarias que ofrece.