Garrafa es, en Orozko, sinónimo de tradición y de fiesta. Esos dos ingredientes, más los propios de la receta con la que se elabora la bebida helada, se fundieron una vez más en el concurso que desde 2003 organiza la asociación Orozkoko Garrafa Elkartea cada 2 de septiembre, festividad de San Antolín, patrón de la localidad.

Desde esa fecha, tan solo ha habido dos años en blanco –2020 y 2021– a causa de la pandemia y esta edición, además, se celebró ayer con el buen sabor de boca que dejó, entre los integrantes de la agrupación, su designación como pregoneros y la lectura del mensaje festivo que tuvo lugar la tarde del jueves. “Ha sido muy especial, un reconocimiento a los 20 años de la puesta en marcha de este concurso y un acto muy bonito y emocionante porque la plaza estuvo llena de gente participando, aplaudiendo, vitoreando y hasta cantando”, indicó Pedro Martín. Para Orozkoko Garrafa Elkartea significó “que el pueblo de Orozko valora nuestro trabajo y nos da fuerzas para seguir con esta labor”.

Ejemplo de ello fue el día de ayer en el que la organización del evento tuvo que adaptarse a las circunstancias climatológicas, una lluvia intensa que obligó a dividir en dos espacios separados la celebración del concurso de elaboración de garrafa. “Lo habitual es hacerlo en un recinto al aire libre anexo a la plaza”, explicó Martín, pero ayer fue necesario reubicar a los participantes en un patio cubierto de la escuela pública mientras que la hilera de mesas donde entregar la garrafa para que fuera catada por el jurado y para la posterior degustación popular fue colocada en los soportales del edificio de la biblioteca municipal, junto a la casa consistorial.

34 garrafas y 3 helados

A pesar de estos inconvenientes, al certamen se presentaron un total de 34 garrafas (1 más que en la anterior edición) elaboradas siguiendo la receta tradicional –vino blanco, brandy, agua, limón y azúcar– además de otras 3 de helado que no entraban en competición, pero que dan la posibilidad de introducirse en esta tradición a los más pequeños. Entre los participantes se encontraban veteranos como Rafa Arbaiza que lleva la elaboración de garrafa en el ADN. “Yo ya la hacía de joven. Entonces, mucho antes de que existiera este concurso, era costumbre preparar garrafa el día de la novillada y nos poníamos junto a la antigua carretera general para ofrecer la bebida a los conductores que bajaban o se dirigían hacia Altube”, recordó. Este orozkoarra tiene 3 garrafas o heladeras en casa, aparato formado por una cuba, un recipiente interior donde se deposita la mezcla, un aspa que la remueve y una manivela. La más antigua que atesora es del siglo XIV, pero para su participación en el concurso eligió “una restaurada de 6 litros de capacidad” y empleó su experiencia para realizar una garrafa “que no se escarche, es decir, que no quede ni muy líquida ni muy gorda, y equilibrada puesto que no debe saber mucho a azúcar, ni a limón ni a brandy”.

La juventud es vital para el futuro de esta bonita tradición y en Orozko pueden presumir de contar, siempre, con representantes de este colectivo en el concurso. Varias cuadrillas se animaron a participar como fue el caso de Axular García y sus amigos y amigas con dos garrafas de la familia Torlanda. “Venimos con pocas horas de sueño, pero con muchas ganas”, aseguraron mientras se afanaban en poner en práctica “la receta tradicional que nos ha enseñado mi tío”, desveló Gonzalo. Y en el recinto reservado a la elaboración de esta bebida no faltaron los más pequeños que ayudaban a los mayores echando los ingredientes en la cuba y, sobre todo, girando con esmero la manivela.