Los usuarios habituales de la estación de la línea 3 del metro de Casco Viejo de Bilbao esperan desde hace varias semanas los convoyes de Euskotren con una sonrisa más amplia y sobre todo con sus oídos más relajados. El fuerte chirrido que producían los trenes que llegaban a la estación procedentes de Kukullaga, Bermeo u Otxarkoaga ha bajado a niveles de sonido aceptable después de la última intervención técnica llevada a cabo por Euskal Trenbide Sarea (ETS), el gestor ferroviario dependiente del Gobierno vasco, junto al servicio de mantenimiento de la compañía Euskotren

La contaminación acústica que se venía produciendo en este espacio, con un techo muy bajo que hacía que reverberase todavía más el penetrante chirrido, tiene su origen en el hecho de que la curva diseñada para acceder a la estación inaugurada hace algo más de seis años con la línea 3 del metro es muy cerrada. Una curva tendida, con un fuerte radio, por la necesidad de embocar las vías con el tramo recto de la estación que había de ser construida en el espacio dejado por la anterior parada del tren por encima de los andenes que prestan servicio a las líneas 1 y 2 del metro. De hecho, fuentes de ETS reconocieron a DEIA que “esta curva de Casco Viejo es de radio 90 y es la más pronunciada de toda la red”.

Desde el gestor ferroviario explican que el molesto ruido que se da en cualquier curva de radio normal se produce normalmente porque las dos ruedas de los ferrocarriles están unidas; es decir, “no tienen diferencial como los coches, por lo que se produce un leve deslizamiento en todas las curvas, que cuando son pronunciadas se perciben como un chirrido”. Un molesto sonido que durante los varios segundos que circulaba el convoy por la curva del Casco Viejo era insoportable debido a la mayor curvatura de los rieles.

Esta circunstancia implicó que durante años las quejas fueran continuas y que cada vez que entraba un tren en la estación muchos viajeros se tuvieran que tapar los oídos con las manos, literalmente. La última solución adoptada –y parece que ya definitiva– ha sido trabajada al alimón entre ETS y Euskotren y ha consistido en “un sistema de engrase de pestaña y superficie de carril”; o lo que es lo mismo: se han empleado unos modificadores de fricción que hacen que “el deslizamiento de las ruedas sobre el carril no sea audible”, explicaban fuentes de ETS.

Para su aplicación se han modificado cuatro trenes de pasajeros de Euskotren que, con una periodicidad calculada vierten un producto engrasante a la vez que realizan su servicio habitual de transportar pasajeros. Es decir, son estos cuatro convoyes especiales los que mitigan la contaminación acústica cuando circulan aplicando la grasa.

Esta ha sido la última técnica aplicada que se complementa con otra puesta en marcha hace tiempo, pero que por sí sola no era suficiente. Se trata del riego con agua por aspersión del tramo de carril en curva, el cual al humedecerlo reducía el chirrido pero en muy pocos decibelios.

Este sistema de riego por aspersión lo viene usando Euskotren desde hace más de década y media en aquellos tramos ferroviarios donde se generaban fuertes ruidos que molestaban a los vecinos de las viviendas colindantes al trazado ferroviario en superficie. Este problema se genera sobre todo en los tramos con vía en placa; es decir, sobre una superficie rígida de hormigón en vez del tradicional balasto con piedras sueltas.

Desde que fue inaugurada la línea 3 del metro se han intentado varias soluciones para minimizar el ruido que han llevado incluso a firmar en 2019 un convenio con la UPV/EHU para “investigar las causas y evitar o mitigar las corrugaciones en curvas cerradas y sus efectos, tanto en ruidos como vibraciones”. Por corrugación se entiende el desgaste de los rieles en forma de onda que se producen en todas las vías con frecuencias ferroviarias intensas como ocurre en los servicios de metro como el de esta línea.

Para solventarlo y recuperar el perfil del carril, actualmente se emplea el amolado en años alternos, “pero el objetivo es espaciar en el tiempo este mantenimiento”. Fuentes de ETS han indicado que no se ha destinado un presupuesto concreto para, finalmente, lograr reducir a medidas admisibles el ruido en la estación de Zazpikaleak. La razón es que las diferentes soluciones se han ido implementando durante las tareas de mantenimiento que se llevan a cabo constantemente en la vía. Eso sí, solucionar el problema ha requerido muchas más horas de trabajo de las necesarias.

Al detalle

Soluciones

Se han aplicado varias. Conseguir unos decibelios que entren dentro del rango admitido en la estación de Casco Viejo ha supuesto implementar varias soluciones técnicas a lo largo de los últimos años.

Radio 90

Una curva muy especial. Es la más cerrada de la red de Euskotren debido a que se tenía que embocar el túnel en el espacio concreto donde se encontraba la vieja estación del Casco Viejo, lo que obligó a que su radio sea muy apretado.

Con la UPV

Convenio. ETS firmó un convenio con la UPV/EHU para buscar soluciones que minimizaran el ruido tanto en esta curva como en otros tramos en superficie donde la contaminación acústica molestaba a los vecinos.