Una localidad aislada. Bakio fue otra de las localidades costeras más damnificadas hace cuatro décadas, y eso que la vía por donde llegaron las inundaciones, los arroyos que flaquean el casco urbano en dirección al mar, no son de gran caudal. Aún así, toda la zona de viviendas y casas levantadas en el área de la desembocadura del arroyo Ondarre, ubicada en la parte izquierda de la extensa playa, quedó totalmente anegada. La vehemencia de las aguas en torrente durante más de un día destruyó buena parte del tramo final del encauzamiento del arroyo, hundiéndose parte de las calles adyacentes, como se observa en la imagen superior, y destruyendo varios puentes. Era como un tsunami que, en vez de llegar del mar, bajaba hacia la extensa playa de Bakio que durante horas y horas desapareció literalmente del horizonte. Al otro lado del pueblo, también se vino abajo el paso que salvaba el arroyo Akaga, en la carretera que llega de Bermeo, con lo que los accesos a la localidad estuvieron sin servicio varias jornadas.