El Museo Guggenheim Bilbao, punto de partida para viajar por Bizkaia
Turistas extranjeros explican los motivos que les han llevado a elegir el territorio vizcaino para sus vacaciones
Apenas eran las 12 de la mañana, pero este domingo la Plazuela de Santiago estaba a rebosar de turistas. Divididos en dos grupos conformados por una treintena de personas, escuchaban con atención las explicaciones de la guía, que les estaba relatando todos los pormenores de la construcción del templo gótico que se levanta en uno de los extremos del espacio.
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Dos cremaschi recorriendo el Cantábrico
Cerca de las dos tribus de visitantes, se encontraban Linda Molinelli y Aliche Scandelli. Estas dos jóvenes cremaschi –gentilicio de la ciudad lombarda de Crema (Italia)–, están realizando un viaje en coche por todo el litoral Cantábrico. Bilbao es una de sus paradas clave. “Vimos la ciudad por internet y nos llamó mucho la atención. Principalmente, por el Guggenheim”, explicó Linda. “Además, nos parece que es un lugar con mucho que ofrecer, porque tiene el mar cerca, un casco antiguo y una parte nueva. En definitiva, lo tiene todo”, añadió su compañera. Apuntaron, además, que ya conocían la ciudad. Eso sí, de oídas. “Estuvimos de Erasmus en Alicante, donde nos la recomendaron”.
En Bilbao 15 años después
Milena Mochi, proveniente de Cerdeña, conoce la ciudad de primera mano. “Estuve aquí hace 15 años, aunque sólo un día. Estaba de Erasmus en Oviedo y uno de mis amigos era de aquí. Recuerdo que llovía mucho”, rememoró risueña. Más de una decena de años después, su vida ha cambiado, y mucho. Ya no es la universitaria de antaño. Está casada (con Andrea Toballa) y comparte con hijo con él, el pequeño Alberto. Su pareja afirmó, a través de su mujer, estar disfrutando mucho de la capital de Bizkaia.
“Estamos aquí por mí, que nunca he estado. Y pretendemos quedarnos una semana”, trasladó a Milena. Al igual que Linda y Aliche, la familia sarda explicó que, además de Bilbao, pretenden disfrutar de otros lugares de la CAV. En su caso, irán a Mundaka, a Bermeo y a todos los pueblos del litoral vizcaino, a Donostia, donde esperan quedarse unos días, y a Vitoria-Gasteiz.
De Flandes a Bizkaia por segunda vez
La villa estrenó el domingo con el cielo encapotado, pero en torno al mediodía se abrieron algunos claros que subieron levemente la temperatura. En ese momento, en el que el sol se asomó tímido desde las alturas, la pareja conformada por Bart Depestel y Anke Callens estaba escrutando un mapa de Euskadi a la sombra de uno de los tilos que habitan El Arenal.
“Es nuestra segunda vez en Bilbao”, resaltó Bart en perfecto castellano, idioma que tuvo la oportunidad de aprender en la universidad. El Guggenheim fue el imán que les atrajo para elegir la villa como destino vacacional, pero la ciudad (y Bizkaia) les enamoró. “En esta ocasión hemos venido para conocer bien la ciudad, y la región”, añadió el flamenco.
Detalló, además, que durante su estancia en tierras vizcainas –ligadas a Flandes desde el medioevo por estrechos lazos comerciales– pretenden adentrarse en la costa. “Todavía no sabemos si queremos salir de Bizkaia para ir a la Rioja Alavesa”, dijo. Por Gipuzkoa no pretenden pasar, ya conocieron el territorio vecino en otra ocasión.
“Lo que más nos llamó la atención de Bizkaia es que es una tierra fantástica. El tiempo es inmejorable en comparación con otros lugares. Y el ambiente es encantador, tiene de todo; la costa y sus pueblos, las ciudades bonitas… todo es perfecto”, zanjó Bart.
La historia también atrae turismo
Cerca del árbol que resguardaba a los flamencos, la pareja florentina conformada por Francesa y Gianni Stuchi paseaba por la plaza en dirección al templo barroco de San Nicolás. “Hemos venido principalmente por el Guggenheim y para visitar la ciudad de Bilbao”, dijeron. Eso sí, al igual que otros muchos turistas consultados, pretenden aprovechar su estancia para acercarse a las otras dos capitales vascas y al litoral vizcaino. “Iremos a Bermeo y a Mundaka. Además, me encanta la historia y conozco la de Bilbao”, desveló Gianni, que desea conocer los escenarios de los sucesos históricos sobre los que tanto ha leído en los libros.