Las aguas del río Granada, a pesar de su bajo nivel freático producto de la escasez de lluvia estival que nadie puede controlar, bajan muy revueltas a orillas del Ayuntamiento de Trapagaran generando una ola disruptora que está afectando de manera notable a la conformación del equipo del gobierno del municipio minero. Una circunstancia que ayer se puso de manifiesto en la sesión del pleno organizativo del Consistorio en el que el partido ganador de las elecciones municipales del 28 de mayo –PSE– estuvo más solo que un pirómano pidiendo permiso para quemar un monte y pronostica una dura negociación para que el PNV no se convierta en el principal partido de la oposición municipal.

Solo la abstención del PNV ante la posibilidad de tumbar la propuesta de los socialistas de los nombramientos del Ayuntamiento en la representación de los órganos supramunicipales, enmendada por EH Bildu –5 concejales– dio una ligera muestra de que el PNV no quiere hacerle el juego a los soberanistas sin por ello dejarle claro al PSE que ostentan la mayoría en el pleno por 88 votos de diferencia con la formación jeltzale. “El PNV está representando a un gran número de vecinos de este municipio; tenemos experiencia en la gestión municipal. Y ahí está el hecho de que el pueblo ha cambiado a mejor, y lo que queremos es entrar a formar parte de un gobierno municipal de coalición en el que podamos gestionar áreas en las que se pueda trabajar para seguir mejorando la calidad de vida de nuestra ciudadanía. No estamos dispuestos a estar como comparsas en un equipo de gobierno porque somos más serios que todo eso”, reseñó la portavoz jeltzale, Ainhoa Santisteban, quien rechazó de plano que el PNV vaya a ser la muletilla del PSE “en los plenos para levantar la mano”.

“Creo sinceramente que ambos partidos podemos hacer un gran trabajo de coalición, pero el PSE debe entender que puede verse abocado a un gobierno en minoría si no entiende que tiene la Alcaldía por 88 votos de diferencia en unas elecciones donde el voto no ha primado a la alternativa de gobierno municipal sino que ha castigado a los titulares de la gestión”.

Por su parte, el alcalde de Trapagaran, el exdiputado foral de Transportes Miguel Ángel Gómez Viar, reconoció que estaban muy cerca de alcanzar un acuerdo programático con el PNV de Trapagaran –ligado al acuerdo alcanzado por las ejecutivas de ambos partidos a nivel supramunicipal– pero estableció que la entente no ha sido posible porque “al que no quiere firmar el acuerdo le parece todo poco y la otra parte considera que ha dado suficiente. Tengo la conciencia bastante tranquila de que hemos hecho una oferta bastante buena, más generosa de lo que debíamos haber hecho, pero yo lo que tengo es la intención de llegar a un acuerdo para lograr un acuerdo conjunto, con una mayoría estable, que empiece a hacer cosas”.