El reloj marca la cuenta atrás para el centenario de la Federación Vasco Navarra de Alpinismo (FVNA), que celebraremos en Elgeta el 18 de mayo del año que viene. Ya queda menos de un año. El periódico bilbaino Excelsius nos ofrece datos que dibujan aquel suceso histórico para el alpinismo vasco. Es preciso recordar que este medio de comunicación fue un periódico deportivo bilbaino que suplió al Excelsior. Arrancó tres días tras el cierre de éste y vio la luz diariamente desde 1931 a 1937. Alejandro de la Sota fue su mentor. Su contexto político estaba tras el PNV y en el estallido de la Guerra Civil el Gobierno vasco decide dejar de publicarlo para ahorrar papel y entonces nació Eguna, primer periódico en euskera.

Leyendo las páginas de Excelsius hago acopio de diversa información. Dos días después de aquel acto en Gipuzkoa, el rotativo cuenta cómo salieron dos trenes especiales desde Bilbao a Elgeta, bueno hasta Elorrio, que no hay más vía. De la villa elorrioarra subieron andando, claro. Iban abarrotados de gente con ganas de sentir el nuevo deporte que llegaba, ya organizado. Les recibieron con cohetes al son de los txistus y tamboriles.

Una vez formalizado el acto oficial se leyó la composición de la junta directiva de la FVNA. Dice así: presidente, Antonio Bandrés (Deportivo); vicepresidente Jose Juan Sarria (Arenas); secretario Ángel Sopeña (Deportivo); tesorero Félix Garbi (F.D.Bancaria); y vocales Federico Urrutia (Athletic), Enrique Echevarrieta (Erandio), Hirineo Herigal (Fortuna) y Arnáez (Sestao).

“El señor Bandrés aceptó el cargo que se le confiaba, con una condición: que se concediera el número 1 de socio de la Federación Vasco-Navarra de Alpinismoa al señor don José Pedro Duñabeitia, verdadero maestro del alpinismo en Vizcaya. Fué aprobada la proposición por unanimidad. Al señor Bandrés se le asignó el número 2”.

Duñabeitia y Bandres, con un grupo de pioneros alpinistas vascos. F

En un párrafo que le sigue hay un texto que he querido también reproducir. En fin, es el alpinismo en contra del alcoholismo. Sí, como lo lees. Dice esto: “Nosotros, los que hemos arrancado a las clases modernas de las garras del alcoholismo, del juego y de la desesperación, llevando a millares de oficinistas menestrales (aquellas personas que realizan trabajos manuales) y obreros a los luminosos caminos del monte, inculcándoles con infantiles concursos una mutación saludable y necesaria para que no desmayaran en su iniciación, hoy descansados, tranquilos y verdaderamente orgullosos por haber cripado este ejercicio honrado, sano y fuerte, el mejor plantel de ciudadanos, amantes convencidos de su país, porque han aprendido a conocerlo”.

Volvamos al acto. Una vez terminado el catering, ahora lo llamamos lunch, tuvo lugar el banquete oficial con 84 comensales. A los postres, actuó el grupo coral Rusia y miembros de la Cultural Deportiva de Durango, cantaron, entre otros temas, el Boga-Boga. Luego romería. Antes aurresku de honor.

Hacen una loa a los refugios de montaña, todavía inexistentes, pero la conexión vasca con los Alpes hacía que supieran de la necesidad de nuestros hoteles de altura. Sin ellos, era imposible llegar a cumbre en cotas altas, y casi lo sigue siendo.

“Pedimos la ayuda material necesaria para que en nuestros montes se eleven refugios alpinos, de instalaciones susceptibles de perfección ulterior y que de momento permitan practicar el deporte de la montaña con carácter más duradero que hasta ahora haciendo posible la estancia de varios días en aquellas zonas saludables que devuelven la tranquilidad y la fuerza a los trabajadores, agotados por las solicitaciones agobiantes de la vida moderna”.

Lo cierto es que sobre Pedro Duñabeitia y Menchaca, uno de los grandes, poco sabemos, acaso nada. Habrá que tenerlo en cuenta. Pedro fue centenario del Club Deportivo Baskonia en 1924 y el último monte que ascendió fue Oderiaga (Orozko). Hizo una primera cumbre en Alluitz y otra en Anboto, por la cara normal, en 1914. Se le reconoce en las fotografías existentes de época por su barba poblada y bigote.