Resultaría prolijo enumerar la cantidad de establecimientos hosteleros, de restauración y comerciales en los que la firma de Asier Casas aparece estampada al pie de un mural decorativo que transforma paredes inertes en lienzos donde el arte se convierte en un aliciente inmaterial para los clientes que los contemplan. “Soy un dibujante que hace un poco de todo, un obrero del arte”, se define este muskiztarra que apenas pasó los dos primeros días de su vida en la cercana localidad cántabra de Castro Urdiales donde nació hace casi 46 años.
De formación básicamente autodidacta, “no tengo estudios reglados en Bellas Artes, tengo estudios académicos”, los que le conocen señalan que desde pequeño ya apuntaba maneras de artista. Un artista todoterreno que aborda con sus pinceles desde los retratos y las caricaturas hasta el graffiti y los murales, pasando por los cómics, las ilustraciones e infografías. Actualmente, Asier Casas está inmerso en el arte digital con el manejo de programas de ilustración. “Donde más cómodo me muevo es en la pintura tradicional trabajando con el óleo, la acuarela, el acrílico, el pastel, los lápices, etcétera; pero en mis creaciones también le doy al spray o al aerógrafo”, reseña este hombre que está a punto de terminar un encargo realizado por el Ayuntamiento de Muskiz para decorar las paredes exteriores del camposanto municipal de San Julián de Musques.
“Los muros de la fachada principal del cementerio se componen de dos partes, una a cada lado de la puerta principal de acceso al recinto y tienen una superficie global de unos 120 metros cuadrados de superficie en los que estoy desarrollando tres escenarios donde el protagonista es el arte sacro y sus referencias a la vida eterna”, explica Asier Casas quien asumió el encargo como un gran reto no solo por las medidas del lienzo en el que plasmar su trabajo artístico “sino porque es un tema poco visto en el que hay que ser muy respetuoso”.
Asier destaca que “las dimensiones me permiten trabajar con más libertad. Me gusta abocetar con gama de grises, para después colorear con variación de tono, saturación y luminosidad. Lo que viene siendo la grisalla y veladuras de toda la vida, sólo que algunos artistas lo emplean sin saberlo, por instinto.... Me gusta trabajar por capas hasta llegar a los detalles finales de cada obra”. De hecho, este artista no dudó en abandonar la seguridad de su trabajo en la refinería de Petronor para dar rienda suelta a su pasión pictórica y creativa.
Arte sacro
Respecto al contenido de los murales cada una de las tres composiciones que configuran el espacio irá firmada con una leyenda en latín que hace referencia a las imágenes que se plasman en estas paredes que con anterioridad fueron acondicionadas por los operarios de un Plan local de empleo. Así, en la parte izquierda del acceso al cementerio oscurecida por la sombre de un gran árbol irán escenas relacionadas con las almas “que nunca llegarán al cielo”, mientras que en la zona izquierda junto a la puerta irá una leyenda con el texto “ los buenos van al cielo”. “Aquí se ve a un ángel escribiendo el nombre de las personas que suben al cielo mientras otros ángeles hacen sonar las trompetas de la buena nueva”, comenta Asier.
En la pared del cementerio se podrá observar un importante trabajo de reproducción de obras de arte sacro que ha ido recopilando de estatuas y cuadros de Arte sacro. “No es una composición completamente original, más que nada por falta de recursos para pagar a los modelos para hacer composiciones”, señala Casas quien comprende que “al ser un lugar tan especial por su significado, los autores del encargo hayan buscado más el carácter respetuoso de la obra y por ello han preferido realizarlo en blanco y negro. Me gustaría que en la tercera zona del mural –a la derecha de la entrada– donde irá la leyenda Los niños y las mascotas siempre van al cielo’ pueda meter alguna nota de color”.