El consejo de gobierno de la Diputación Foral de Bizkaia aprobará este martes la licitación del proyecto constructivo de la variante de Rekalde, el nuevo vial soterrado bajo El Peñascal, Uretamendi y Monte Caramelo que permitirá demoler el viaducto que atraviesa el barrio una vez entre en servicio la circunvalación.

El concurso público anunciado este lunes por la candidata a diputada de general por el PNV, Elixabete Etxanobe, es de calado ya que el pliego de condiciones estipula un mínimo de 33 meses para poder redactar el proyecto constructivo, el cual detallará el trazado y sus futuras conexiones con la autovía A-8. Todo ello por un coste máximo de 5,8 millones de euros. 

Este es el primer gran paso para que el invasivo viaducto que desde los años 70 del pasado siglo divide el barrio de Rekalde, cuando se inauguró la entonces conocida como Solución Sur, pueda pasar a la historia. De hecho, el proyecto incluye también el derribo de esta estructura que sobrevuela el barrio a 22 metros de altura, y así mismo se prestará especial atención a la zona que va a quedar liberada.

Pero la demolición no será posible hasta que no se construya una alternativa de paso al tráfico de la A-8, la mencionada circunvalación que finalmente irá en su totalidad bajo tierra tal y como se daba la posibilidad en el Plan General de Ordenación Urbana, aprobado por el Ayuntamiento en marzo pasado, y el Plan Territorial Sectorial de Carreteras auspiciado por la Diputación Foral.

El recorrido de la variante planteado en línea gruesa, la cual será detallada por el proyecto constructivo hoy licitado, recoge como en sentido Cantabria el actual trazado, tras pasar la salida hacia Juan de Garai, girará a la izquierda a la altura del polideportivo de Rekalde para meter la traza bajo tierra.

Dos túneles

Desde este punto, dos túneles, uno para cada sentido con tres carriles de circulación, correrán en paralelo realizando una amplia curva y separándose hasta llegar a una distancia máxima entre ambos de 150 metros por debajo de Camino de Iturrigorri, a la altura del número 37, donde está la urbanización semicircular de viviendas. A partir de este punto, las dos galerías irán acercándose paulatinamente bajo Betolaza, Uretamendi y Monte Caramelo hasta salir a la superficie y conectarse con la autovía a la altura de Basurto, en concreto al lado del campo de fútbol, donde está la pasarela peatonal que sirve al colindante barrio de Lezeaga. De esta forma, se permite al tráfico salir o entrar al centro de Bilbao por los accesos a San Mamés. En total, se generarán 2.230 metros de nueva autovía toda ella oculta y que solo se verá en superficie en sus conexiones con la actual traza. 

Afecciones en el polideportivo

Mientras que en su unión en Basurto la variante no generará problemas, en el otro extremo sí se darán afecciones sobre el polideportivo municipal de El Fango, que verá disminuida la superficie de los terrenos de juego exteriores.

Es precisamente esas dos fusiones con la A-8 en servicio uno de los apartados que más a detalle tienen que diseñar los autores del proyecto. La Diputación quiere conseguir que las obras de la variante influyan lo menos posible en el tráfico de la actual autovía por lo que se incluirá un completo estudio que minimice al máximo el impacto en las diferentes fases de la obra. Contará incluso con microsimulaciones específicas para cada una tiempo de trabajo.

El estudio también indica que para llevar a cabo los trabajos de excavación de la mejor forma posible se diseñarán dos lotes de adjudicación de obra ambos independientes.

La licitación de este martes abre un calendario que tiene un primer plazo de dos meses para que las ingenierías presenten sus propuestas de forma que en julio próximo los técnicos forales inicien el proceso de análisis y estudio de todas ellas, el cual se prolongará otros cinco meses más. De esta forma será en diciembre cuando se adjudique el trabajo a la ingeniería ganadora, la cual tendrá los 33 meses referidos para culminar el encargo foral. 

Es decir, que hasta octubre de 2026 la Diputación no tendría en sus manos los planos y detalles técnicos para acometer las obras. Y para llegar a meter las primeras excavadoras todavía pasará más tiempo. El ente foral tendrá que licitar los trabajos, estudiar las ofertas y adjudicar a la mejor constructora, proceso que puede llevar tranquilamente todo el año 2027 con lo que las obras no arrancarían hasta dentro de cinco años.

El proyecto licitado determinará el tiempo que se prolongará la construcción de la circunvalación, aunque puede estimarse a día de hoy que puede durar alrededor de tres años. Con la variante en servicio será cuando la Diputación asuma el derribo del viaducto de Rekalde igual que financió la demolición del scalextric que ocupaba antaño Sabino Arana.