Hechizo anti paraguas en la inauguración del mercado medieval de Balmaseda

Jorge Gómez Balenziaga, de Alboan Enkarterri Servicios Turísticos, indicó elementos del patrimonio tan reconocibles como el Puente Viejo. Por él circulan todavía las personas. Eso sí, ya no lo franquean como control de acceso y en jornadas como las de este sábado y domingo acapara las imágenes de teléfonos y cámaras de fotos. El Cerro del Castillo llamó la atención y, sobre todo, la muralla que partía de él para abrazar el centro. Al salir de los pases de quince minutos y reincorporarse al bullicio, las personas mayores de edad que disfrutaron de la experiencia se metieron en la piel de aquellos comerciantes que hicieron florecer Balmaseda.

Mucho ha cambiado también la iglesia de San Severino con añadidos a través de los siglos. Allí, en la plaza una veintena de compañías pronunciaron un colorido pregón de inicio invitando a la multitud a sumarse a la fiesta. Entre los que saludaron está la balmasedana Eulali Moreno, pedagoga y logopeda “apasionada del mundo de los cuentos” que trabaja con niños desde hace dos décadas. Tras varios años en una compañía de teatro, decidió probar suerte por su cuenta “lanzándome con los cuentos a la calle porque creo en una educación respetuosa con el medio ambiente y las personas que nos rodean, libre y con amor”. Así nació en 2011 la compañía Amalurra. En su municipio y otras ferias temáticas narra a las familias “cuentos de distintas partes del mundo animados con títeres de gran tamaño”, como el dragón que transportaba mientras se dirigía apresuradamente a la plaza para tomar parte en el pistoletazo de salida del mercado medieval. En 2021 vio la luz “uno de mis proyectos más apreciados: el libro 4”. El título da una idea de los valores que Eulali desea inculcar a los lectores a través de Muna, “amante de cabalgar, jugar con espadas y de la naturaleza” a quien por ser niña enfocan por otros caminos y que encuentra el suyo propio con ayuda de su amiga araña.

En la Edad Media no le hubiera resultado tan sencillo. La representación popular reprodujo el conflicto entre las familias Ahedo y De la Puente, que en siglo XIV obligó a intervenir al corregidor de Gernika. Con las dosis de espontaneidad y humor con un punto picante, los balmasedanos, acostumbrados a ponerse frente a decenas de miles de personas también en la Pasión Viviente arrancaron varias ovaciones en la plaza de San Severino. Txipu puso el broche de oro a la guitarra con voces infantiles en una crónica cantada que desveló el desenlace del enfrentamiento. “Enrique IV viene a Bizkaia y manda desmochar las torres y al no ser suficiente, ordena el destierro de los mayores de las familias para combatir a los moros; en el siglo XV los bandos dominan nuestra villa, pero van claudicando cuando Isabel gobierna en Castilla”, recitó con rima incluida.

La herrera y armera Daniela Supekova, se contagió de una atmósfera en la que se siente a gusto y en familia. “Venir es otro mundo: la arquitectura, la cultura y la gente tan encantadora…”, elogió. Residente en Alicante, se formó en su Eslovaquia natal en estos oficios que en su país de origen registran una elevadísima demanda. Se desplaza sólo a cinco ferias del Estado y Balmaseda tenía que estar entre ellas. Cita imprescindible siempre para Javier Díaz, que en cada edición talla un personaje ilustre a lo largo de los dos días y lo dona a la villa. Esta vez, la madera adquirirá los rasgos de Manuel Puente, conocido afectuosamente como Manolín, un militante socialista torturado y fusilado en la Guerra Civil.

Con una hilera de coches que se prolongaba a las 10.00 horas hasta el antiguo parque de bomberos, el aparcamiento en el solar de Fabio Murga que se estrenó ayer descongestiona la circulación con sus “más de 400 plazas”, calculaba el jefe de Protección Civil, Enrique Pastor. Poco después de las 11.00 se había llenado. Y todavía resta el día de hoy.