El caracol Junco, que acompañó al trapagarandarra Miguel Castillo, se alzó ayer lunes con la txapela de la XXXI edición de la Carrera de Arrastre de piedras con caracoles que desde hace más de 40 años organiza el club Zaballa de este homónimo barrio de Trapagaran. La prueba, un clásico de las fiestas de San José Obrero, a pesar de que originariamente se celebraban en septiembre, reunió a un centenar de moluscos gasterópodos de diferentes medidas y procedencias que hicieron las delicias de las decenas de niños y niñas que acudieron a la carpa festiva situada junto a la iglesia del enclave. “Inicialmente teníamos previsto que el máximo de participantes fuera de 80 pero vista la concurrencia de niños, jóvenes y adultos que se acercaron con sus caracoles decidimos ampliarlo hasta cien para no decepcionar a los aficionados, sobre todo a los más pequeños”, comentaba Jose Ángel Cabia, presidente del club Zaballa, quien recordaba que la prueba de arrastre de piedra con caracol nació en 1980.

“Todo comenzó después de que un albañil del pueblo comentara que un caracol había arrastrado su zapatilla, a lo que otro parroquiano le retó a hacerlo otra vez pero en público. La prueba se hizo en el local donde tiene su sede el club con un caracol arrastrado una botella de vino vacía. Y vaya si la arrastró”, apuntaba Cabia. De esta anécdota surgiría un campeonato que inicialmente se celebraba en septiembre u octubre y que desde hace unos años se celebra en primavera.

“Hace unos años se presentaron aquí dos concejales del Ayuntamiento de Compito, una localidad de la Toscana italiana, que habían tenido noticia de esta prueba. Incluso nos invitaron a ir allí para hacer una demostración pero por motivos laborales no pudimos acercarnos”, lamenta Jose Ángel Cabia, uno de los miembros del Club Zaballa que ayer lunes celebraba el día grande de las fiestas patronales del barrio dedicadas a San José Obrero. “Incluso en otros pueblos como Tricio, en La Rioja, o Espronceda, Nafarroa, se han llevado a cabo pruebas similares gracias a que vecinos de Trapagaran los han exportado”, reseña Cabia, mientras, metro en mano, canta a su compañero, Jose Alberto Xabeto Gómez, el metraje obtenido por uno de los participantes.

El interés de esta peculiar prueba ha sobrepasado fronteras siendo diversos los medios de comunicación desde la ETB o Antena 3 a Radio Caracol de Colombia y una productora japonesa los que han trasladado las particularidades de este prueba en la que los caracoles son capaces de arrastrar una piedra de 240 gramos los que supone en muchos casos multiplicar por 30 el peso de estos moluscos gasterópodos que suele formar parte de la cultura gastronómica de muchos países. En esta edición los asistentes pudieron ver en directo el trabajo del periodista de Antena 3, Gonzalo Masip, que filmó las tandas del concurso y recogió testimonios para mostrarlos a los seguidores de su canal de Youtube El Caminante Bilbaíno.

Junco

La prueba se disputó sobre un tablero de unos 4 metros cuadrados en la que dispusieron 10 puntos blancos a modo de puntos de salida. Las tandas eran de 10 minutos en la que los caracoles unidos por una cuerda a la piedra de 240 gramos debían arrastrarla lo máximo posible. En la quinta tanda, el número 58, Junco, desplazó la piedra 30,5 centímetros, marca que a la postre fue la vencedora. “Es un caracol que me traje hace unas semanas de un pueblo de La Rioja y siempre que le he puesto a tirar lo hace de manera recta y con fuerza. De hecho entrenaba con un botella de 3/4 que pesa 110 gramos más que la piedra y la arrastraba”, señaló su propietario, el trapagarandarra Miguel Castillo, que le puso su nombre en honor a un caballo de pura raza que poseía.