LAS personas mayores tienen algo que decir, por eso reclaman más altavoces para ser escuchados. DEIA ha quedado con tres integrantes del Centro de Día de Sestao para que hablen sobre sus inquietudes y necesidades. Ellos representan a este sector de la población, que viven una tercera edad activa y que no quiere renunciar a su calidad de vida.

La pandemia les arrebató muchas cosas a las personas mayores. No es un secreto para nadie cuál fue la población más vulnerable durante la cuarentena y estos sucesivos años pospandémicos. Como los demás, se tuvieron que adaptar a una “nueva normalidad”.

Desde sus hogares, residencias y centros de día se vieron en la necesidad de rehacer su vida fuera de casa. Pero, ¿cómo? Porque con las medidas de seguridad, parecía no haber mucho espacio para los eventos de ocio y menos aquellos destinados a personas mayores. Tres años después, la realidad ha cambiado.

Maite López de Vergara, Leonor Calvo García y Antonio Alcalde Lomas son parte de este grupo. Durante los pasados años, se han visto alejados de numerosas actividades. “Hacen falta cines cercanos a nuestras casas y con precios populares”, declara Maite sin cortarse ni un pelo porque lo tiene muy claro, “no hay suficientes actividades para las personas mayores”. “Parte de la oferta de música para personas mayores también la han quitado”, responde Leonor.

Por su parte, Antonio entra en la conversación con sus compañeras y señala que le encantaría que “los txitxarrillos” volvieran a las calles. “Ojalá las actuaciones de grupos de danza y de teatro volvieran a las calles, sobre todo a las plazas, así quienes estén en casa también podrían verlo”, dice.

En medio de esta conversación, Leonor rememora los “maravillosos” desfiles de vestidos de papel que solían realizarse en Sestao y Maite continúa describiendo las tradiciones de su pueblo, que incluían largas caminatas por toda la zona con una “grande y contundente ikurriña”.

Consideran que todavía faltan actividades que se tienen que recuperar con respecto a antes de la pandemia. Antonio resalta que en el caso de Sestao su pueblo ha sido “muy rico”, pero “desde la pandemia hay menos actividades para que las personas mayores pasen su tiempo libre”.

“Siempre me ha gustado andar de un lado para otro, pero estando dentro no puedo hacerlo y cada vez voy empeorando más”, explica. “Estaría bien que se hicieran grupos para juntar a personas mayores y que estuviera alguien que me corrigiera y acompañara”.

La música, el cine y el teatro son grandes puntos de encuentro para todos y las personas mayores no se quedan atrás. Los tres miembros del Centro de Día Sestao concuerdan en que son elementos que llenaron de vitalidad su juventud y que quieren que sigan estando muy presentes en esta nueva etapa de su vida.

Historias

Mirando hacia atrás, están de acuerdo en que sus padres tuvieron una experiencia muy distinta. Los tres sonríen al mismo tiempo rememorando su niñez, pero recalcan que no era una vida sencilla.

“Era trabajar de sol a sol, diez o doce horas”, dice Antonio. Leonor, a su vez, narra la rutina de su padre como algo tatuado en su memoria. “Salía a trabajar de Altos Hornos después de pasar el día doblando unas láminas gigantes y calientes con el pie. Luego se iba a pescar en su bote”. “Mi padre trabajaba en la General, después daba clases de música y luego tenía que tocar”, agrega Maite.

Uno de los temas en los que están interesados nuestros mayores es el de las nuevas tecnologías. Las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) están cada vez más presentes en nuestras vidas y hogares; está demostrado que ya no es cosa únicamente de los jóvenes. Suponen importantes ventajas para las personas mayores de 65 años, pero muchas veces es evidente el distanciamiento que existe entre las nuevas tecnologías y la generación de la tercera edad.

Tanto Antonio, como Maite y Leonor ven conveniente que se incrementen los talleres y profesores destinados a enseñar el uso de dispositivos tecnológicos porque conocer la utilidad de algunos dispositivos o instrumentos pueden mejorar su calidad de vida.