Lo ocurrido a mediados de octubre en Balmaseda fue solo un anticipo de lo que está por llegar. Entre el 23 y el 24 de octubre, ardieron en Enkarterri 498 hectáreas de monte, rozando el límite de lo que que se considera oficialmente un gran incendio. Fue el peor fuego y el más grave en Bizkaia en los últimos 30 años, totalmente inusual. Sin embargo, se teme que, con el cambio climático, estas tragedias vayan a más, con incendios más virulentos y extremo. La Diputación se prepara para hacer frente a ese escenario, adaptando su plan de emergencias e incorporando al dispositivo más vehículos con los que atacar las llamas y con más formación a sus profesionales.

"El cambio climático traerá sequías persistentes, olas de calor y episodios de intensos vientos", ha advertido este miércoles la diputada de foral de Administración Pública y Relaciones Institucionales, Elixabete Etxanobe, lo que provocará que los incendios "tengan un comportamiento más extremo".

En Bizkaia sus efectos ya empiezan a notarse: el año pasado ardieron en el territorio 650 hectáreas de monte, rompiendo una tendencia que había sido descendente en los últimos tiempo y marcando el peor registro de los últimos 33 años. El incendio de Balmaseda se produjo en unas condiciones de "temperatura, sequedad y viento extremas", que es "previsible que se puedan repetir de forma más habitual como consecuencia del cambio climático".

Por ello, la Diputación ha actualizado su plan de emergencias ante este tipo de sucesos, adaptándolo a estos nuevos escenarios. Las cerca de 500 personas que conforman el dispositivo de extinción de incendios forestales -entre bomberos, personal técnico, agentes forestales, el servicio de Montes y personal de Basalan- ya recibían formación para afrontar estos nuevos escenarios pero ahora se va a dar ese nuevo paso. "El objetivo ese ser más eficientes y mejores en la prevención y extinción de estos fuegos, mejorar nuestra capacidad de respuesta frente a unos incendios que tendrán mayor intensidad y serán más difíciles de apagar, porque van a ser más virulentos", ha advertido Etxanobe.

Dos nuevos vehículos

La actualización se ha realizado en cuatro ámbitos. Uno de lo más importante será la incorporación de maquinaria pesada que permita tanto preparar el terreno para minimizar los impactos de los fuegos como ser más eficaces en la extinción, en la línea de lo que están haciendo ya otros dispositivos de lucha contra los incendios forestales. Para los primeros trabajos, se adquirirá un segundo bulldozer, que se utilizará para repasar los cortafuegos y mantener la red de caminos y pistas forestales, y también en las labores de extinción. Además, se está estudiando la posibilidad de adquirir un camión, similar a los que se usan para transportar los árboles talados, que permitirá acceder a zonas a las que no llegan otro tipo de vehículos y que incorporará un depósito de 100.000 litros, el equivalente a más de dos autobombas. "Se han demostrado eficaces en el combate de los grandes incendios forestales que se produjeron en 2022", ha subrayado la la diputada de Sostenibilidad y Medio Natural, Amaia Antxustegi.

Por otra parte, se pondrá en marcha un servicio de análisis de incendios forestales, que se encargará de determinar cuáles son las zonas críticas del territorio, en las que es preciso actuar con prioridad, en lo que se refiere a la prevención, y de asesorar a los dispositivos que acudan a extinguirlos. "Podrán informar del comportamiento y posible evolución del incendio en función de la topografía, relieve, combustible y condiciones meteorológicas que se registren en el transcurso del mismo", ha explicado Antxustegi. Ambos vehículos supondrán una inversión de casi un millón de euros.

Otro ámbito relevante será el de conocer con el mayor detalle posible las causas que provocan cada fuego, a través de la creación de un equipo especializado en esta materia que ya ha empezado su formación. Desarrollará su labor de forma coordinada con la Ertzaintza, "para dirimir, en su caso, si el origen tienen un componente delictivo". Finalmente, también se reforzará la formación que reciben los bomberos y agente forestales, haciendo más simulacros y estableciendo nuevos protocolos.