Los usuarios de la mayoría de las concesionarias que prestan servicio en las líneas de Bizkaibus inician hoy miércoles un mes de incertidumbre y búsqueda casi diaria de horarios de autobús con motivo del denso calendario de movilizaciones y paros parciales convocados por los comités de empresa.

Excepto la concesionaria de Euskotren y Avanza Durangaldea, que ya sufrió un conflicto laboral similar, el resto de firmas contratadas por la Diputación se enfrentan a reivindicaciones laborales similares a los conseguidas por la plantilla de esta última empresa. Todos los empleados quieren un convenio que garantice mejoras sociales, aumente la contratación, erradique la contratación a tiempo parcial e incluya incrementos salariales por encima de IPC.

Retrasos en las líneas de Bizkaibus por el sabotaje a 80 autobuses

Retrasos en las líneas de Bizkaibus por el sabotaje a 80 autobuses Oskar M. Bernal

Las movilizaciones comenzaron el pasado otoño con paros parciales y algunos de 24 horas en fechas claves de Navidad y en enero se ha dado un salto cualitativo con varios actos de sabotaje a unidades de Bizkaibus aparcadas en cocheras de diferentes empresas.

Antes de tres jornadas de paro, varias decenas fueron halladas con pinchazos o desinfle de ruedas, rotura de retrovisores y algunas lunas, lo que provocó que no se pudieran dar durante la jornada buena parte de los servicios mínimos habituales.

Este escenario no ocurrió ayer martes antes de que trabajadores de EMB (Ezkerraldea-Meatzaldea Bus), la mayor concesionaria de Bizkaibus secundaran de forma “masiva, al cien por cien”, una nueva jornada de huelga. Más de un centenar de empleados se manifestaron en Bilbao sin incidentes, tras una pancarta con el lema Por un convenio justo, y reclaman que la Diputación de Bizkaia “obligue” a la empresa a negociar, según indicó a Efe el presidente del comité de empresa, Juan Carlos González .

Consideró “llamativo, inaudito” que a estas alturas del conflicto la empresa no haya hecho “ninguna propuesta” nueva, y afirmó que los trabajadores “no van a parar” en sus reivindicaciones, hasta conseguir un convenio que les garantice el mantenimiento del poder adquisitivo. Insistió en que la Diputación “debe intervenir” en el conflicto y dijo que, con el actual “inmovilismo” de la administración foral, “las empresas están muy cómodas, nadie les aprieta”.