“Es un honor, una alegría inmensa que confíen en mí, siendo consciente de que es una gran responsabilidad”. Con estas palabras ha recibido este martes Elixabete Etxanobe su confirmación como candidata del PNV a diputada general para las próximas elecciones del 28 de mayor de 2023, ratificada por la Asamblea Territorial del partido.

Etxanobe (Otxandio, 1978) se ha mostrado muy emocionada por su designación oficial como candidata para suceder a Unai Rementeria al frente de la Diputación Foral de Bizkaia. “Me ilusiona mucho poder ser diputada general de Bizkaia y seguir trabajando al frente a la institución para mejorar la vida de todas las personas que vivimos aquí”, ha asegurado este martes.

No es ajena al hecho de que puede convertirse en la primera mujer que ocupa el cargo. “Ayudaría a que se normalizara y visibilizara la presencia de la mujer en la primera línea de los ámbitos de decisión. No vamos a hacerlo mejor o peor por el hecho de ser mujeres, eso está claro, pero sí me gustaría que sirviera para que más mujeres accedan a cargos de responsabilidad en la Administración o en cualquier ámbito profesional”, reconoce. Ni que es, pese a su experiencia política y en la Administración, todavía una desconocida para muchas personas; por ello, se presenta como una persona “trabajadora, constante, leal, disciplinada en el trabajo y que siempre ha tenido vocación de ayudar a mejorar mi entorno”.

Natural de Otxandio, donde sigue viviendo con su marido y sus dos hijos, estudió Derecho en Deusto y cursó un máster de Abogacía en Madrid -“una etapa dura, porque a la vez que estudiaba trabajaba de pasante en un despacho para pagar mis gastos”-, antes de volver a casa para preparar unas oposiciones para la administración local, logrando finalmente una plaza de funcionaria de carrera en el Ayuntamiento de Durango. Fue entonces cuando despertó su vocación de servicio público, “y decidí dedicar mi carrera profesional a la administración, ya que creo firmemente en el rol de lo público para transformar y mejorar nuestra sociedad”.

"Servicio a la ciudadanía"

También la política le ha interesado desde pequeña. “Estoy convencida de que lo que hacemos es un servicio a la ciudadanía; sin la política nada funcionaría”, afirma con rotundidad. Su primera experiencia fue como concejala del PNV en Otxandio, en 2007; en 2013 fue nombrada directora de Relaciones con las Administraciones Locales y Registros Administrativos del Gobierno vasco; en 2019 se hizo cargo de la viceconsejería de Relaciones Institucionales, y en 2020 se trasladó al departamento de Seguridad, donde ocupó la viceconsejería de Administración y Servicios.

Hasta que un lunes de marzo de 2021 la llamó Unai Rementeria para incorporarse a la Diputación. “Era un gran reto, una oportunidad ilusionante que desde luego no esperaba. Decidí dar el paso porque Unai es un hombre muy inteligente, con mucha visión política y además, una gran personas. Personas como él dan sentido a la política”, recuerda.

La misma sorpresa se llevó cuando la presidenta del Bizkai Buru Batzar, Itxaso Atutxa, la propuso ser candidata a diputada general. “Estaba convencida de que era una reunión de trabajo. Ahora mi empeño es devolver con crecer la confianza que la dirección y la militancia jeltzale han depositado en mí”, encara el futuro.

"Esfuerzo y dedicación"

El esfuerzo y la dedicación, dice, son los dos pilares en los que siempre ha basado su vida personal y profesional. “Aita y ama no han hecho otra cosa que trabajar, en la fábrica y en el caserío, y sin el ejemplo que siempre he seguido”, se emociona al recordar el esfuerzo que hicieron para que pudiera estudiar.

Su día a día no se distingue mucho de la de cualquier otra mujer trabajadora y madre de familia. Su despertador suena a las 6.30 horas y, tras desayunar en familia, pone rumbo al Palacio Foral en un trayecto de 45 minutos de carretera -puerto de Urkiola incluido-, que aprovecha para hacer las primeras llamadas de trabajo y repasar documentos, siempre con los informativos de la radio de fondo. Sin horarios fijos y siempre supeditada a imprevistos, intenta sin embargo pasar todos los días a ver a sus padres –viven en el caserío que su aitite Gregorio compró con los ahorros que hizo tras emigrar a Estados Unidos con 19 años- y cenar, de nuevo, en familia.

Conserva sus amigas de la escuela, sus compañeras de piso y su cuadrilla de la universidad, a la que ve menos de lo que le gustaría. Las citas del deporte escolar y las clases de pintura de sus hijos le comen gran parte del fin de semana, cuando también disfruta paseando a su perra Bikhe. ¿Sus aficiones? La lectura, aunque todavía tiene La montaña mágina de Thomas Mann a media, y la repostería; dicen que borda el roscón de Reyes. El deporte es su asignatura pendiente; quería retomarlo tras el verano pero el reto de ser la primera diputada general de Bizkaia se le ha colado en el camino.