En esta legislatura está dando pasos significativos la regeneración comarcal desde la Mancomunidad que arrancó con la modificación de estatutos y el objetivo de asentar el desarrollo económico y social sobre la bioeconomía.

¿Qué papel juega Zalla en ese camino?

–La comarca tiene una oportunidad en la bioeconomía, viene para quedarse y para ello colaboramos con otros municipios y la Mancomunidad de Encartaciones en la captación de proyectos y que podamos erigirnos en referentes. También a nivel local estamos apostando por la actividad económica y debemos ser capaces de generarla. No nos tenemos que conformar con convertirnos en un pueblo dormitorio. Las empresas empiezan a pensar en Zalla como un sitio donde invertir cuando antes apenas venían. En ese sentido, el elkartegi del polígono de Longar, cuyo proyecto ya está en marcha, va a ser un elemento tractor.

¿Enkarterri es el territorio olvidado de Bizkaia?

–No me gusta esa idea y me niego a utilizarla porque no creo que sea así. La comarca posee un potencial enorme, considero que estamos haciendo cosas bien y siendo capaces de atraer inversiones, aunque es cierto que a veces nos falta ese punto de orgullo, de reivindicarnos porque tenemos muchas cosas que ofrecer. No somos menos que nadie, no estamos olvidados. Están llegando inversiones a Zalla y la comarca, somos capaces de movilizar muchísimos recursos. Hay que trabajar y apostar por eso. Aunque, por supuesto, existen necesidades que cubrir y cosas en las que mejorar, no me parece que seamos una comarca olvidada. Estoy convencido de que, en el momento en que nos pongamos en positivo, desde fuera los demás nos van a percibir también de una forma más positiva.