DICEN que no hay mal que por bien no venga y en lo que a producción de txakoli se refiere se cumplirá el refrán. Tanto es así que los productores auguran para este año un caldo de los mejores de la historia. La sequía va dejar en Bizkaia unos vinos diferentes a los que el consumidor no está acostumbrado. La uva ha crecido sana y sin apenas la amenaza de los hongos. “Si otros años tenemos que aplicar ocho tratamientos, este año le hemos aplicado a las plantas siete. El viento sur también ha sido bueno para airear a la planta y eliminar las las plagas”, aseguró el productor de Galdames, Unai Sulibarri. Por lo tanto, este año llegará a las mesas un vino vizcaino con menos acidez, con más azúcares y también con una mayor graduación. Este año, según la previsión inicial de los productores de txakoli en Bizkaia llegará a las botellas unos caldos que podrían situarse entre los 13-14 grados. “La uva de este año está sana, pero con un problema de deshidratación. En algunas zonas tenemos pozos subterráneos y se nota que la uva es más grande, en otros, se ve cómo la planta ha pasado bastante estrés. En general, la fruta tiene mucho azúcar, pero no tiene agua”, describe el responsable de la bodega Galdames, Unai Sulibarria. El pasado jueves comenzaron en la Bodega Galdames con la vendimia en las plantación pegada a las murallas de Torre Loizaga –castillo que fue edificado en el siglo XIV y que actualmente acoge la mayor colección de coches Rolls Royce de Europa.

La recogida de la uva se realiza de manera manual, a pie de viñedo y controlando los tiempos para conservar el buen estado del fruto con el que se elaborará posteriormente el vino. El proceso debe realizarse en el menor tiempo posible para proteger al máximo la uva. “La bodega se encuentra a cuatro kilómetros de la plantación y por eso tenemos que realizar el proceso con sumo cuidado y rapidez para que la uva no se oxide”, describe el productor.

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Los trabajos se inician temprano y los próximos días las jornadas se alargarán hasta casi la caída del sol. Calculan que en una semana y media tendrán recogida la uva y, su intención es dejar solo sin recoger las variedades tardías. “Como ha llovido menos vamos a recoger menos porque tendremos menos mosto, pero será más concentrado con más azúcar”, comentó.

Teniendo en cuenta las características de la materia prima de este año, según Sulibarria el txakoli “estará para beber nada más se fermente, porque la acidez va a ser mucho más baja. “Con este clima nos estamos asemejando a vinos que había antes por La Rioja. El suelo ha pillado características de sequia total y eso se ha notado mucho en la planta y en el fruto”. Las consecuencias del cambio climático son, sin duda, cada vez más evidentes.