En este verano de récords históricos de temperaturas, los habitantes de Busturialdea que ya sufren los cortes de agua por la escasez de precipitaciones miran al cielo y piden que llueva, no café –como dice la letra de Juan Luis Guerra– sino agua; agua para regar los campos, para dar de beber al ganado, para lavar los vasos en los bares o para que las máquinas de hielo funcionen. “¡Ojalá que llueva pronto de una vez!”, claman. Los vecinos de esta zona de Bizkaia confían que los cortes y bajadas de presión se solucionen con el abastecimiento del agua desde Santurtzi a Bermeo a través del barco Duch Spirit, aunque sectores como la hostelería o los propios ganaderos de la comarca se muestran preocupados. 

Aingeru Martín, que reside en Bermeo, ha decidido poner en marcha varias medidas para rebajar el consumo de agua. “El agua es un bien que no valoramos hasta que falta”, asegura. En casa de Aingeru el lavavajillas ya no se utiliza, solo limpian los platos y vasos una vez al día, acumulan agua en varios bidones ante la previsión de cortes y han decidido reducir también el tiempo de ducha. “Despilfarramos mucha agua. Yo estaría metido todo el día debajo del grifo”, confiesa. Guillermo Romero gestiona varios locales en Bermeo, entre ellos el Ízaro Irish Pub. Según explica a DEIA, por el momento no han notado los problemas que la falta de agua está generando en la comarca, pero teme que esa tregua no se mantenga por mucho tiempo. “Si no llueve poco se puede hacer, más que mirar al cielo y esperar”, se resigna Romero. En su caso no ha notado las bajadas de presión del agua y espera que no se termine cortando el suministro por la noche. “Eso sí que nos haría mucho daño. Sin agua las máquinas de café no funcionan, las de hielo tampoco. ¿Qué les voy a decir a los clientes? ¿Que no utilicen los baños? Sin agua en la hostelería, estamos una vez más perdidos”, lamenta. Por eso, espera que el agua que se va a trasladar desde el Puerto de Santurtzi ayude a solventar los problemas que la falta de precipitaciones está provocando en la zona y que, sin lugar a duda, altera el día a día de sus vecinos. 

 Gaizka Muniategi es presidente de la Asociación de Hostelería de Gernika y admite que están llevando con resignación los problemas en el suministro de agua en Busturialdea pero también con preocupación. Critica además los precios abusivos que la hostelería debe pagar por el agua. Según Muniategi es “una piedra más” en el camino en unos complicados años por los que ha pasado el sector hostelero. “Primero fue la pandemia con las restricciones; luego llegó la Guerra en Ucrania, la subidas en el precio de la electricidad, y ahora llegan los cortes de agua. Estamos agotados”, advierte. Confían en que llueva pronto y que mientras que eso no suceda ese barco cargado de litros de agua solvente la falta de precipitaciones en Bizkaia.