Pañales cuando son más pequeños, compresas y móviles cuando alcanzan la pubertad, alimentación, ropa, material escolar... Muy atrás queda aquello de que cada niño llega con un pan debajo del brazo. El coste que supone sacar a cada hijo adelante se ha disparado un 19% en los últimos cuatro años -en los que la inflación se ha situado en el 11%- y alcanza ya los 769 euros al mes.

La mayoría de las familias vascas destinan más de la mitad de sus ingresos mensuales a la crianza de sus hijos. Save the Children ha presentado hoy el informe El coste de la crianza en Euskadi 2022, que analiza los costes que conlleva tener un hijo en la CAV, desde la alimentación a la ropa y el calzado, pasando por la higiene, la educación, la sanidad, la vivienda, el transporte o los gastos de conciliación.

De media, y aunque hay diferencias por edad, todos esos gastos suponen un desembolso mensual de 769 euros por hijo, lo que supone 96 euros más que la media del resto del Estado. Respecto al anterior estudio, realizado en 2018, el coste ha aumentado un 19%, lo que representa 143 euros más al mes, muy por encima de la inflación, que creció en ese tiempo un 11%.

La educación (14%), la alimentación (13%) o la ropa y el calzado (10%) han aumentado un porcentaje similar al alza de precios, pero en otras el incremento ha sido mucho mayor, como es el caso de la vivienda (75%), los suministros (55%) o el transporte (27%). Y ha crecido más cuanto mayores son los niños: de un 9,7% para los bebés -65 euros más al mes-, al 16,1% para los adolescentes -123 euros de incremento mensual-.

VIVIENDA Y ALIMENTACIÓN, LO MÁS CARO

Las partidas más elevadas se las lleva la vivienda -calculando la diferencia de pasar de no tener hijos a tenerlos en cuanto a número de dormitorios-, con 131 euros; la alimentación -en base a la dieta recomendad por la Asociación Española de Pediatría-, con 117; los gastos de conciliación, como escuelas infantiles para los menores de 3 años, y actividades extraescolares y de verano para los mayores de 4, con 115, y la educación, con 114, asumiendo con van a escuelas públicas pero incluyendo el comedor, libros de texto y material escolar.

Los gastos extraordinarios, como la paga semanal, las excursiones o los cumpleaños suponen otros 96 euros; la ropa y el calzado, 53 euros; 48 los gastos corrientes de la vivienda; 35 el ocio y los juguetes; 24 la higiene; 19 el transporte; 12 los muebles y enseres, y 4 euros al mes la sanidad.

221 EUROS MÁS LOS ADOLESCENTES

Las necesidades de los niños y niñas cambian a medida que crecen, reflejándose en el gasto económico de las familias, que se dispara de 616 euros al mes cuando tienen menos de tres años hasta alcanzar los 837 en la adolescencia.

Los primeros tres años de vida se caracterizan por una alimentación especial y la necesidad de comprar ropa nueva constantemente y muebles y artículos como la cuna o el cochecito. De 4 a 6 años se incorporan a comer como el resto de la familia, la habitación de bebé se convierte en una de niño, el tipo de juguetes y ocio cambia, y siguen necesitando renovar ropa constantemente. Siguen creciendo muy rápidamente de 7 a 12 años, cuando ya comen más cantidad de alimentos y en la habitación se hacen algunos cambios para prescindir definitivamente de los muebles de la etapa de bebés, hasta que de 13 a 17 años se han dejado los juguetes de lado, demandan aparatos electrónicos, el ocio lo realizan con sus amigos, el estilo de vestir cambia y aumenta el gasto en alimentación.

También cambian las partidas que se llevan las mayores cuantías a medida que pasan los años: en el caso de los niños más pequeños, el gasto más elevado es el de la conciliación -como las guarderías, los canguros o la escuela infantil, que no es gratuita de momento-, suponiendo una cuarta parte del total, con 173 euros al mes. De 4 a 6 años gana peso la educación, que alcanza una quinta parte del coste de la crianza -139 euros-, y es el gasto más elevado hasta los 12 años. A partir de los 7 años la partida de la alimentación va en aumento, de 133 euros hasta los 12, y de 148 de 13 a 17, siendo el dispendio más importante junto a los gastos extraordinarios.

PANDEMIA DE COVID

Durante 2020 y 2021, además, la pandemia incrementó todavía más la cesta de consumo de las familias con hijos. La compra de gel hidroalcohólico, test de antígenos, mascarillas o dispositivos electrónicos dispararon el gasto hasta los 788 euros, 19 euros más que en una situación no covid.

Save the Children ha alertado de que para casi 30.000 hogares en Euskadi es “imposible” asumir el coste que supone un hijo, y el 40% de las familias vascas tienen dificultades para cubrirlo, ya que representa más de la mitad de sus ingresos. “Más de la mitad de las familias en Euskadi no cuentan con ingresos suficientes para cubrir el coste de la crianza o tiene dificultades para cubrirlo, lo que pone en riesgo el bienestar de sus hijos”, ha advertido Sara Polo, responsable de Políticas de Infancia en Euskadi.

Según ha recordado la ONG, el 13,7% de los niños y adolescentes menores de 14 años vive en situación de pobreza de mantenimiento, lo que supone que carecen de ingresos suficientes para sus necesidades básicas. Además, “mientras que a medida que los niños crecen, el coste de la crianza aumenta, el apoyo público disminuye y las familias se van encontrando cada vez más solas”, ha finalizado Polo.