Es la planta fotovoltaica más grande construida en Bizkaia y curiosamente está colocada sobre agua. Más concretamente sobre la gran tapa que cubre el depósito más voluminoso de los que cuenta la estación de tratamiento de agua potable (ETAP) de Venta Alta del Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia (CABB) ubicada en Arrigorriaga. Esta mañana su presidente, Kepa Odriozola, y el Gerente, Pedro Barreiro, junto con otros representantes de la entidad, han llevado a cabo una visita a la cubierta del gran tanque para conocer los detalles técnicos de las 1.284 placas fotovoltaicas que componen la instalación.

Una extensión brillante, que cubre una superficie algo superior al césped del campo de fútbol de San Mamés, con la que se prevé producir 595 megavatios por hora, una energía que supone el 21% del consumo medio anual de la planta, contribuyendo a una reducción importante de su factura eléctrica. Gracias a este ahorro, y teniendo en cuenta el escenario actual de precios de la energía, se espera que la inversión en la planta fotovoltaica se rentabilice en menos de siete años.

La mayor planta fotovoltaica de Bizkaia dará energía al Consorcio de Aguas

La mayor planta fotovoltaica de Bizkaia dará energía al Consorcio de Aguas

Con su potencia de generación de 555 kilowatios, la instalación se ha ajustado a la energía que gasta la ETAP y cuenta con un sistema antivertido que impide exportar los excedentes. Es decir, está diseñada exclusivamente para el autoconsumo. Como especificó Pedro Barreiro "todo ello con el propósito de optimizar la rentabilidad de la instalación y permitiendo generar energía que se necesitará de día".

Se ha analizado hasta el último detalle de la instalación. Así, se han dispuesto las placas sujetas directamente con anclajes a la cubierta con una orientación al sur y 30º de inclinación en cada panel lo que optimiza el aprovechamiento de la irradiación. Las placas están colocadas en una estructura de aluminio con deflectores para evitar problemas cuando el viento sople con fuerza.

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Proyecto con solera

La puesta en marcha de la planta no es flor de un día. Los responsables del Consorcio de Aguas vienen pensando en su instalación desde hace más de una década. La necesidad de amortiguar los efectos de la volatilidad de los precios de la electricidad siempre ha estado presente por lo que entonces se encargó un estudio de viabilidad.

El proyecto se pospuso hasta la publicación del real decreto de octubre de 2018 de medidas urgentes para la transición energética aprobado en un contexto mucho más beneficioso en el que normativa, tecnología y mercado favorecían la inversión. Finalmente, el CABB ha desembolsado algo más de 600.000 euros en un contrato adjudicado a la empresa Tecuni.

Con la planta en marcha el Consorcio consigue una mayor independencia energética, además de ahorrar en sus presupuestos al generar parte de la energía demandada y también optimiza sus recursos. Desde la entidad aseguran que obtener energía con una instalación de autoconsumo permitirá tener un coste fijo en los próximos 25 años simplemente aprovechando la cubierta del edificio y poniendo en valor un espacio antes improductivo.