El ingeniero de montes Eduardo Aguirre aboga por aprovechar la moratoria que limita la plantación del eucalipto en Bizkaia para proceder a una planificación del suelo “tranquila” y “sin demonizar” especies, desde la convicción de que es “compatible” la producción forestal y la protección de áreas como los arroyos que suministran agua a la población. Este experto ya jubilado, fue jefe del servicio de Montes de la Diputación Foral de Bizkaia, ofrece su visión sobre la limitación de la plantación de eucalipto hasta el 31 de diciembre de 2025.

A su juicio, habría que aprovechar este período para que los organismos responsables en la materia definan “posturas claras” en relación a la planificación del suelo tras años de “indefinición” en las políticas en materia forestal y de medio ambiente. Los propietarios forestales “tienen cada vez más obstáculos” por parte de las instituciones en forma de tasas, licencias o limitaciones de actividad por impacto ambiental cuando “el abandono de los montes con la excusa de la biodiversidad es mucho peor que la intervención, una intervención bien hecha”, puntualizaba.

Según subrayaba, “el propietario forestal no puede estar en una constante indefinición de normas y opiniones de grupos políticos en instituciones y ayuntamientos”. Esto ocurre -explicaba- porque “no está claro” quién tiene las competencias en la materia ya que estas se “reparten” entre departamentos, diputaciones, ayuntamientos y Gobierno vasco. En este contexto, “el propietario forestal soporta los costos de producción, pero en su monte opinan todos y en ocasiones mandan todos más que él”, criticó.

Sin embargo, el propietario “no recibe compensación por los beneficios ecosistémicos que produce, por el CO2 que fijan sus bosques” por “los valores del paisaje” o “la conservación de la biodiversidad”. Aguirre reivindica que en las políticas forestales se debe tener en cuenta a los propietarios como gestores de los suelos privados, que quieren “una rentabilidad de su inversión” y deben estar concienciados para hacer una “gestión sostenible” porque “no quieren hacer las cosas mal”. A su juicio, a los propietarios y gestores forestales “no hay que obligarles”, sino que hay que incentivarles con “compensaciones suficientes” para ofrecer, además de productos madereros y no madereros, “servicios ecosistémicos” mediante la protección y restauración de los bosques.

En Bizkaia, el 76% de la superficie forestal está en manos privadas. El aumento de la plantación de eucalipto viene siendo objeto de polémica, aunque el sector forestal defiende que genera actividad y economía forestal y destaca también su sostenibilidad. De las 131.676 hectáreas en las que se cuantificó la superficie forestal de Bizkaia en 2020, un total de 20.506 (un 15,6%) estaban ocupadas por eucalipto, cuya presencia es creciente en los últimos años como lo demuestra que más del 60 % de las autoridades de repoblación solicitadas al departamento de Sostenibilidad y Medio Natural de la Diputación vizcaína el citado año fueron de esa especie.

Para Aguirre, el propietario que ha plantado eucalipto “no ha tenido otras alternativas viables y seguras”, que garanticen la rentabilidad de su inversión, al pino enfermo por la banda marrón al que ha sustituido. En su opinión, el aumento de la plantación de eucalipto “tampoco es excesivo”, ya que desde 2018, cuando aún no había incidencia de la banda marrón, las hectáreas con esa especie se han incrementado en unas 5.000 en Bizkaia.

Además, según ha dicho en contra de lo sostenido por los detractores de la especie, “el eucalipto no es perverso, no esquilma el suelo, no agota el agua”. En su opinión, se debe proceder a una planificación del suelo “tranquila, alejada de extremismos” ya que “el que produce conserva y el que conserva también puede producir”.

“El propietario forestal soporta los costos de producción, pero en su monte opinan todos”

Colegio de Ingenieros de Montes