El estado de conservación del monumento de la Virgen de La Antigua sigue estando en la agenda de prioridades de las dos administraciones locales vinculadas a esta joya de la arquitectura en hormigón armado de 25 metros de tamaño y que se alza imponente, desde su inauguración en 1904, en la cima del monte Txarlazo, a 927 metros de altitud. En su más de un siglo de historia, ha sido objeto de varias reparaciones, pero en junio del año pasado tuvo que ser vallado se tuvo que proceder al vallado perimetral de la estructura para garantizar la seguridad de los visitantes ante los desprendimientos que se estaban produciendo.Ahora, los ayuntamientos de Orduña -como ciudad de donde partió la iniciativa de levantar el monumento en honor a su patrona- y el de Villalba de Losa -término municipal burgalés al que pertenecen los terrenos donde está asentado- han llevado a cabo un estudio sobre su estado de cara a analizar las patologías que padece para evitar que se produzcan más desprendimientos en el futuro y eliminar posibles riesgos a terceros. Es, además, un informe que servirá de base para la redacción del proyecto que recogerá las actuaciones necesarias a ejecutar para la rehabilitación del monumento.

Y según un primer avance del estudio de campo, los consistorios han constatado que el estado del monumento a la Virgen requiere una intervención inmediata ya que la estructura presenta numerosas filtraciones de agua, provocadas por la climatología adversa, y el elemento con mayor deterioro es el manto que la rodea. Ahora llega la fase de análisis de resultados y ensayos en el laboratorio para determinar la urgencia de rehabilitación para cada una de las zonas y los métodos de reparación más acordes.