A falta de que Aena facilite la próxima semana las cifras de viajeros que pasaron por la terminal aérea de Bilbao, las previsiones que maneja la dirección de La Paloma apuntan que se superarán con creces los 2,5 millones de pasajeros en el total de 2021. Otro año nefasto para el sector aéreo como consecuencia de la pandemia que se ha traducido en el caso de Bilbao en muchos menos vuelos y una caída de la demanda muy importante.Los datos del último diciembre auguran que debido a la mayor movilidad ocasionada por el puente de la Constitución y las fiestas navideñas se superen con claridad los 284.000 viajeros que pasaron por Loiu en noviembre. Eso implicará que los 2,5 millones de pasajeros están asegurados después de que en el total de la suma de enero a noviembre del pasado ejercicio se acumularan 2,30 millones. Sin duda, las ganas de viajar en verano por vacaciones y para visitas familiares han supuesto la base del crecimiento del aeropuerto con respecto al año pandémico de 2020. Con las cifras de enero a noviembre, el pasaje aumento en 2021 un 42,5% con respecto al mismo periodo del año precedente, una subida importante, sin duda, pero que todavía queda lejos de los guarismos del 2019 prepandémico que además supuso el año récord de actividad de La Paloma. Comparadas las cifras de los primeros once meses de 2021 y 2019 la caída supera el 58% de los pasajeros y el 51% de las operaciones aéreas.

Datos que ven positivos desde la dirección de Aena “sobre todo teniendo en cuenta de donde veníamos el pasado 2020 con jornadas sin ningún vuelo”, indican pero que se ensombrecen con lo que, con toda seguridad, ocurrirá en el presente mes de enero y el próximo de febrero.

Horizontes muy oscuros

Ya se sabe que son los dos meses que tradicionalmente menos demanda de viajeros registra La Paloma por la climatología invernal y la cuesta económica de enero que este año todavía ofrece más desnivel. A eso se le une la espeluznante situación de contagios creada por la variante ómicron del coronavirus. Su expansión por toda Europa está suponiendo ya una caída importante de la movilidad por ocio y que los aviones solo tengan como ocupantes a trabajadores de empresas y poco más.

Durante el pasado año, a pesar de la reducción de las frecuencias y la oferta de vuelos, las aerolíneas fueron reconectando Bilbao con los principales aeropuertos europeos como París, Londres, Amsterdam o Stuttgart. El panorama de vacunación y reducción de la expansión del covid en verano y otoño animó los viajes turísticos de manera exponencial en las conexiones domésticas y algo más suaves en las salidas internacionales. Ahora todo eso ya está paralizado por la infección masiva de ómicron y los cierres de fronteras de algunos países europeos por lo que el primer trimestre de 2022 se prevé que sea de una nueva recaída aérea en Bilbao y en el resto de aeropuertos del Estado y Europa.