"Había ganas de recuperar la libertad y nada más parecido a esa sensación que volar a un lugar diferente". Como Ana, las miles de personas que han aprovechado el primer puente después de los confinamientos y con la mayoría de libertades conquistadas otra vez al virus para viajar. Tanto es así que los responsables de prensa del aeropuerto de Bilbao, cifran las operaciones realizadas estos días con optimismo. Más de 500 vuelos simbolizan el embarque a la normalidad.

La terminal de Loiu ofrecía ayer martes una imagen inédita comparada a lo que se ha vivido el último año. Tanto en llegadas como en salidas, el flujo de personas era más que abundante. En personas e ilusión. Y eso, a a pesar de que todavía no es posible entrar en el aeropuerto para recibir o despedir a los viajeros, ya que habrá que esperar hasta el viernes.

Será a partir del 15 de octubre, cuando se permitirá el acceso de acompañantes a las terminales aeroportuarias, si bien su entrada se podrá ver limitada en momentos de gran afluencia para evitar que se produzcan aglomeraciones.

En cualquier caso, lo que se respiraba ayer martes en Loiu era lo más parecido a lo normalidad después de muchos meses en los que la movilidad ha estado limitada y prohibida.

Por eso, la estampa de este puente deja imágenes que simbolizan la conquista de las libertades y también sirven como baremo para contrastar cómo se vive la desescalada en otras ciudades. Y tomar nota, para bien o para mal. Por ejemplo, las jóvenes Laida, Aroa, Leire, Ana y Rosa, oriotarras, llegaban desde Cambrils donde ha disfrutado de estos cinco días en los que además han coincidido con la apertura de muchas limitaciones. A pesar de su juventud, 19 años, han sido conscientes y críticas con algunas de las situaciones que han vivido. "Hemos estado en PortAventura y era tanta la gente que había que ni siquiera respetaban distancias", relataban. Eso, sin contar las discotecas, donde eran conscientes de que la obligación de llevar mascarilla en la pista de baile se quedaba la mayor parte de las veces en una de esas obligaciones que ni se cumplen ni se revisan aunque sí les exigían el pasaporte covid para poder entrar. Vacunadas todas, no es que hayan estado preocupadas o pendientes de contagiarse, pero sí han sido consciente de que no había un control.

Tenían para comparar. Rosa, por ejemplo, estudiante que ha estado en este tiempo en Berlín, no puede evitar establecer diferencias en cómo se han tomado las restricciones en unos sitios u otros. "Para entrar en un comercio tienes que tener un test negativo del día y nos hacían una PCR a la semana; eso sí, la pagaba el Estado". Aroa, sin embargo, señala que la situación en Asturias ha sido bastante parecida.

En el fondo, les hubiera gustado un poco más de control porque sobre todo en PortAventura la situación estaba masificada.

Parecida sensación traía un grupo de viajeras que llegaban de Madrid. "Preferimos no decir nada porque todo sería malo con respecto a las medidas que se han adoptado", se excusaban.

Sin embargo, Arritxu y José Mari, donostiarras recién aterrizados de Oporto, no tenían ninguna pega. Entre sus aficiones está viajar así que tenían claro que saldrían de aventura en cuanto las restricciones lo permitieran. Ha sido precisamente una de las ciudades más conocidas de Portugal la escogida y vuelven con muy buen sabor de boca. "Hemos tenido que enseñar el pasaporte covid en los aeropuertos, pero las medidas en la ciudad son parecidas a las que tenemos aquí".

De hecho, Portugal reabrió las discotecas y eliminó el certificado covid en los restaurantes el pasado 23 septiembre, animado por el avance de la vacunación. El primer ministro de Portugal, Antonio Costa, levantó el pasado 1 octubre las restricciones horarias a los restaurantes y comercios, que también recuperaron los aforos completos. Y mantiene el uso de la mascarilla prácticamente en iguales términos a los que se recomienda en el País Vasco por lo que no es de extrañar que Arritxu y José Mari no se hayan encontrado con ninguna norma que no conocieran.

Otro grupo de viajeras llegaba desde Roma. Mar y sus dos hijos, Ander e Itxaso, y su amiga Marian han aprovechado el puente para salir de Bilbao y cumplir así con una de los sueños que tenían pendiente. Para Mar y Marian es el primer viajes después de 18 meses de restricciones, pero para los hermanos Ander e Itxaso es su primera salida al extranjero, algo que seguramente esperaban con impaciencia. "Era el momento", decía su madre Mar. "Yo había estado en Roma y era un viaje que teníamos pendiente y nos han parecido bien estas fechas. Tampoco podemos estar viviendo con miedo". Convencieron a una amiga y rumbo a la ciudad eterna.

Había más gente de la que esperaban, sinónimo de que al final son más las ganas que el miedo. Pero reconocen que las medidas se respetaban. "Dentro de los restaurantes o incluso en los bares había que presentar el carné covid". Un taxista les dijo que en la calle no era necesaria la mascarilla, que estaba permitido, "pero había tantos turistas y de tantos sitios con normativas diferentes que al final había quien la llevaba y quien no".

En estos días vuelven a estar abiertos el resto de los museos de la ciudad como el Chiostro del Bramante y la muestra de Banksy. En estos lugares es también necesario presentar el certificado covid.

La ciudad eterna parece que resurge de la pandemia pero en Italia son cautos por lo vivido; de hecho desde el 1 de septiembre, el certificado covid se requiere también para tomar medios de transporte (avión, tren, autobús o barco) en viajes de largo recorrido dentro de Italia y, como norma general, en trayectos que pasen por dos o más regiones italianas.

Las que han cruzado el charco y no por turismo han sido Susana y Obdulia, madre e hija, que regresan a Bilbao después de 25 días en Ecuador. Volaron en cuanto les fue permitido para reencontrarse con sus familiares, más después de la preocupación añadida que suma la distancia a la pandemia que poco a poco vamos dejando atrás. Hacía tres años que no habían podido ver a su familia y ahora cumplido sus deseos.

Se han encontrado una situación parecida a la que vivimos aquí, según cuentan. "Prácticamente las mismas limitaciones y recomendaciones", señalaba Susana.

Sin embargo, en su estancia en Ecuador han limitado sus relaciones a sus familias y gente más próxima. "No nos hemos relacionado con desconocidos, hemos seguido ciertas pautas de convivencia a pesar de estar vacunadas", dice Susana.

Lo cierto es que los buenos datos de la pandemia han animado a muchas personas a recuperar una de las pasiones de mucha parte de la población que es viajar. Pero, en la maleta, además de ganas e ilusión, han llevado precaución para encarar una situación que todavía genera respeto en gran parte de la ciudadanía. "Sin miedo pero con cautela", es la frase que repetían ayer la mayoría de los viajeros entrevistados.

En todo caso, más de 500 vuelos en todo el puente es el despegue hacia la normalidad tan deseada por toda la ciudadanía.

¿Quién estaba regresando ayer?

Desde Roma a Bilbao. Itsaso, Ander, Marian y Mar regresaron ayer martes de Roma después de disfrutar del puente festivo. Un viaje que tenían pendiente y que gracias a los buenos datos de la pandemia en las últimas semanas han podido realizar. Con precauciones pero conscientes de que tampoco se puede vivir con miedo han visitado la ciudad eterna y han disfrutado.

Desde Ecuador a Bilbao. Susana y Obdulia han pasado 25 días en Ecuador visitando a sus familiares. Hacía tres años que no se reencontraban con su familia y la situación les ha permitido pasar casi un mes en su país. Han seguido prácticamente las mismas normas que en el País Vasco y han evitado relacionarse con gente que no conocían para evitar contagiarse a pesar de estar las dos vacunadas.

De Oporto a Donostia. Les gusta viajar y Arritxu y José Mari no se lo han pensado cuando las cifras del covid no se oponían a los desplazamientos. En Oporto se han encontrado una situación muy parecida a la del País Vasco en la que han tenido que cumplir prácticamente con las mismas recomendaciones. Eso sí, ha visto mucha gente en su viaje, que como ellos han optado por salir.

De Cambrils a Orio. Laida, Aroa, Leire, Ane y Rosa regresaban ayer martes de Cambrils a Orio. Puede que sean prácticamente las mismas medidas, pero han percibido cierta flexibilidad en su aplicación. Demasiadas multitudes y pocos controles. Se les exigía el pasaporte covid y la mascarilla para entrar a las discotecas pero tampoco había demasiado control. En Port Aventura, reconocían, muchas aglomeraciones.

Turismos

Balance del puente

Los que han venido. Muchos alojamientos de Euskadi han colgado el cartel de completo para estos días y las calles han están repletas de visitantes. La mayoría de los turistas han sido estatales o europeos, todavía falta que llegue el cliente internacional aunque desde Aparture (Asociación de Apartamentos Turísticos de Euskadi) aseguran que "poco a poco se va recuperando". El balance por tanto es esperanzador y la mirada está ya puesta en el año que viene.

Los que han salido. El aeropuerto de Loiu ha recuperado la actividad. A partir del viernes, los acompañantes podrán entran en la terminal algo que durante la pandemia ha estado prohibido. Ha habido mucha variedad de vuelos tanto a las grandes capitales del Estado como al resto de Europa. Los viajeros han demostrado que son más las ganas que el miedo por lo que ha imperado la precaución.

"Era un viaje que teníamos pendiente y hemos disfrutado con cautela pero sin miedo"

De Roma a Bilbao

"Hemos evitado relacionarnos con la gente que no conocíamos"

De Ecuador a Bilbao

"Prácticamente hemos cumplido con las mismas restricciones que aquí"

De Oporto a Donostia

"Demasiadas aglomeraciones en PortAventura y poco control"

De Cambrils a Orio