Todavía quedan varios años para que se pueda viajar en metro desde el centro de Bilbao hasta el aeropuerto, pero se continúan dando pasos. Eusko Trenbide Sareak (ETS), el gestor ferroviario vasco, ha recibido ya el estudio informativo del último tramo de la conexión de la línea 3 del metro con la terminal aérea de Loiu, aunque de momento no haya hecha pública su validación.Un documento que la ingeniería encargada del proyecto, Krean, expone de forma parcial en su página web pero que sirve para conocer cuál será la parte final del trazado que recorrerá el servicio ferroviario y las características de la estación que atenderá a los pasajeros y empleados del aeropuerto de Bilbao.
Los planos describen una galería de algo más de 2.500 metros de longitud que parte de la que será nueva estación soterrada de Sondika, al lado de la calle Iturrikosolo. Tras girar a la izquierda levemente la traza se orienta hacia La Paloma recorriendo el subsuelo bajo las pistas del aeropuerto. Una vez a la altura de la terminal aérea el trazado gira de nuevo para situarse en paralelo al edificio debajo del estacionamiento principal, lugar donde se ubicará la estación terminal.
La galería a construir a una profundidad suficiente como para no afectar a ninguno de los sistemas de comunicación, señales y radares ubicados en las pistas aéreas, será única para los dos sentidos del metro. Solo se bifurcará en dos túneles sencillos, uno para cada convoy, antes de llegar al gran cajón que se excavará para albergar la estación del metro de casi 24 metros de anchura. Los trenes recogerán y dejarán pasajeros a cada lado de un gran andén central al que solo se podrá acceder por el extremo de la estación ubicado a la altura del centro de la terminal aérea. Una gran escalinata fija, flanqueada por sendas escaleras mecánicas, más los correspondientes ascensores serán los elementos de conexión con la zona de Llegadas de La Paloma. Según se concreta en los planos la profundidad a la que se instalarán las vías es de trece metros con respecto a la superficie, algo más que un edificio de cuatro plantas.
El túnel será horadado por el método tradicional con el que se ha construido el resto de la red de metro, tanto de la línea 3 que gestiona Euskotren, y que será la que llegue al aeropuerto, como las otras dos líneas responsabilidad de Metro Bilbao.
Los ingenieros han optado por desarrollar el trazado por la zona derecha de la terminal, según se mira a las pistas, a pesar de tener que atravesar bajo tierra hasta cuatro pistas, las dos principales del aeropuerto y dos vías de acceso. En el lado positivo se encuentra el hecho de que apenas se recorrerán 200 metros bajo el suelo del casco urbano de Sondika.
En el recorrido subterráneo también se han previsto dos obligadas salidas de emergencia, una situada en Sondika, en concreto en los jardines cercanos a la calle Errementeria, y otra, una vez superadas las calles de aterrizaje y despegue, que tendrá su acceso cerca de Iberre bidea, ya en el término municipal de Loiu. Ambas galerías de emergencia también harán las funciones de ventilación de la galería ferroviaria. Habrá un tercer pozo para renovar el aire del túnel principal y se ubicará el mango de maniobras que necesitarán los trenes una vez superada la nueva estación del aeropuerto, un centenar de metros que volverán a ser de doble vía.
Proyecto precedente verde
El estudio informativo encargado por el gestor ferroviario dependiente del Gobierno vasco, ETS, es el primer paso para poder acometer las obras en un futuro todavía lejano. La razón es que el tramo que le precede para conectar con Bilbao, el que se habilitará entre La Ola y Sondika, aún no ha concretado su proyecto constructivo tras abrirse en 2020 el periodo de exposición pública tanto del Estudio de Impacto Ambiental como del estudio informativo, este sí, publicado en el Boletín del País Vasco.
Este desarrollo ferroviario es totalmente necesario para dar un servicio rápido de metro entre la estación de Casco Viejo y la terminal aeroportuaria ya que va a permitir, además de pasar de la actual vía única a vía doble, eliminar el fondo de saco donde se halla la estación de Sondika, crear una parada soterrada nueva que la sustituya y construir un nuevo apeadero en superficie en La Ola. Todo ello tras construir un tronco principal de 1.890 metros de largo de los que 1.455 irán soterrados. ETS estima para este proyecto previo, que incluye también dos ramales de servicio, un plazo máximo de 61 meses de obra con un presupuesto de 80 millones de euros.
2.500 metros
El trazado soterrado entre la nueva estación ferroviaria de Sondika y el mango de maniobras posterior a la terminal bajo el aeropuerto medirán aproximadamente 2,2 kilómetros, todos ellos bajo superficie.
En un cajón
La solución adoptada por la ingeniería para la última parada del metro es sencilla y consiste en un cajón excavado a más 15 metros de profundidad con 24 metros de ancho y algo más de cien metros de longitud que albergará las vías y el andén central.
Enlace directo
Este último tramo de la solución ferroviaria permitirá conectar la estación del Casco Viejo con la terminal aérea en Loiu a través del servicio de la línea de metro que gestiona Euskotren.
A largo plazo
Este estudio informativo es el primer paso en la tramitación antes de poder iniciar las obras, las cuales además no comenzarán hasta que no se haya concluido el tramo precedente entre La Ola y Sondika, el cual todavía tampoco ha comenzado a construirse.