El Ayuntamiento de Sopela ha cerrado al tráfico la céntrica calle Goiene, uno de los puntos de acceso al colegio Zipiriñe, para proceder al inicio de los trabajos de ampliación de manera provisional del centro escolar a partir de este próxima semana.

Para iniciar el proyecto, el Consistorio ha realizado una cesión del uso de dominio público del vial al Departamento de Educación del Gobierno vasco, institución encargada de llevar a cabo la ampliación de las instalaciones, por un periodo de cinco años.

En un principio, esta ampliación provisional está prevista para un periodo de “dos o tres años años”, tiempo en el que el Ayuntamiento espera tener lista la modificación de las normas subsidiarias del terreno de Zabalbide y, al mismo tiempo, “dar margen a Educación para que pueda construir un nuevo edificio” que acabe con los problemas de masificación que sufre el centro actualmente y que vienen denunciando reiteradamente tanto la comunidad educativa sopeloztarra como las familias de la escuela. Durante este periodo de ampliación provisional, Educación “estudiará a su vez la evolución de las matrículas escolares en la localidad”, explica el alcalde de Sopela, Josu Landaluze.

Hasta la fecha, en el centro se han llevado a cabo una serie de medidas como la reforma del comedor y el incremento de cuatro aulas. Así pues, Sopela ampliará el patio y está por “definir” la instalación del número de módulos que se emplearán de manera provisional como aulas.

Por su parte, al Consistorio le corresponde encargarse del cierre perimetral del recinto. Para ello, en el acceso a Goiene desde Akilino Arriola se levantará un muro con un valla para delimitar el espacio del centro. Para ello, se eliminarán las plazas de aparcamiento en batería existentes y se dispondrán otras en línea. El acceso para los vecinos está planeado por la calle Zabalbide.

Semipeatonalización

Por otra parte, el Ayuntamiento también ha procedido al desarrollo provisional del proyecto de semipeatonalización del centro a través de una de las arterias principales como es la calle Akilino Arriola. En concreto, se ha dispuesto una señalización de carril bici en uno de los márgenes y se han eliminado las plazas de aparcamiento en línea. Ahora, el vial será de sentido único desde la calle Sabino Arana hasta la iglesia y está previsto que se limite la velocidad a 20 kilómetros por hora en el que compartan espacio los distintos vehículos. Actualmente, los técnicos municipales trabajan en el desarrollo final del proyecto, que se pondrá a prueba en septiembre coincidiendo con la vuelta de vacaciones y el inicio del curso escolar. Los planes municipales pasan por contratar la obra definitiva antes de final de año para tenerla lista el próximo verano.