El radar móvil de Leioapara controlar que los coches no circulan a más de 30 kilómetros por hora por las calles ha detectado más de 200 infracciones en sus tres primeros meses de funcionamiento. De estas, solo el 20% corresponden a residentes en la localidad, por lo que "este dato refleja que la ciudadanía de Leioa está comprometida con el límite de velocidad del municipio y que son, en su mayoría, personas conductoras de otros lugares quienes incumplen la normativa", tal y como indican desde el Ayuntamiento.

El pasado 15 de marzo fue activado este radar móvil, tras varias semanas de pruebas en distintas zonas. Así, a día de hoy, las calles en las que suele estar presente este sistema de control de velocidad son: Aldapabarrena, Avenida y barrio Elexalde, Avenida Iparragirre, Avenida de las Universidades, Gabriel Aresti, Estartetxe, Langileria, Larrarte, Laubide, Lekueder, Luis Bilbao Líbano, Mendibilbarri, San Bartolomé y Zarrageta. Estas son vías sensibles por su cercanía a centros escolares y/o por lo observado por la Policía Local. También, por las quejas de sus vecinos respecto a la alta velocidad que alcanzan los vehículos que las transitan y el peligro que generan. Por tanto, estos son los viales en los que se intensifica la vigilancia "aunque se irán incorporando nuevas calles a medida que la Policía Local observe comportamientos incívicos en la conducción con respecto a la velocidad y/o cualquier otra maniobra durante la conducción que genere peligro para la población", avisan desde el Consistorio.

En este sentido, las autoridades de Leioa ya percibían que eran las personas de fuera de Leioa las que iban más rápido por el municipio cuando lo utilizan como alternativa a La Avanzada. El propio alcalde, Iban Rodríguez, tras este primer balance del radar, lo entiende así. "Queremos un municipio amable para el peatón y, sobre todo, para niños y niñas. El hecho de controlar la velocidad a 30 kilómetros por hora nos ha reafirmado en un hecho que ya intuíamos; que los y las leioaztarras cumplen con las medidas de velocidad en el municipio, y que es la actitud de los y las conductoras de paso, que intentan restar minutos en su trayecto, lo que nos sobra en Leioa", afirma el regidor.

Otra de las conclusiones que saca Rodríguez tras estos primeros tres meses con el radar en las calles, es que, en general, los vehículos no están pisando tanto el acelerador. Es decir, que el temor a la multa provoca que se vaya más lento. La infracción del límite de velocidad en vía urbana conlleva multas que oscilan entre los 100 y 600 euros, además de hasta seis puntos en el permiso de conducir. "Creemos que se está consiguiendo el objetivo de reducir la velocidad del tráfico en nuestras calles" señala, "priorizando el factor de concienciación" sobre la vigilancia de la velocidad de conducción con un radar propio, y alejado del objetivo de recaudar, ya que el radar no trabaja de forma permanente, se instala de manera puntual y con carácter rotatorio.

Razones

El alcalde siempre ha defendido que los beneficios de contar con un municipio a 30 son varios: favorece una ciudad más amable para peatones y ciclistas, reduce los atropellos y accidentes, y rebaja la contaminación del aire y las emisiones acústicas. "Esto nos ayuda a conseguir un modelo urbano de movilidad sostenible y en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible", destaca Rodríguez. Además, la propia Dirección General de Tráfico (DGT) modificó a nivel estatal desde el pasado 11 de mayo, el Reglamento General de Circulación que reduce a 30 kilómetros/hora la velocidad en vías urbanas en calles de un único carril por sentido. En Leioa, todas las vías de la localidad tienen instaurado, ya desde principios de 2019, ese límite.