Unai Sánchez De Luna Aguiar es un joven veinteañero bilbaino (julio 1999) que está a punto de completar su grado superior en Antropología Social por la Universidad del País Vasco en el campus de Donosti, donde presentará a finales de este curso su trabajo de grado que versará sobre la historia del desaparecido barrio de Gallarta a manos del empuje de la minería industrial del pasado siglo. Apasionado del dibujo desde muy niño, Unai recaló en el Museo de la Minería del País Vasco en el último trimestre del pasado año para hacer las prácticas de su carrera y a día de hoy lleva camino de convertirse en el ilustrador de cabecera de la pinacoteca abantoarra donde se atesora gran parte de la historia documental de la minería vizcaina. En este sentido, suyas son las láminas que contendrá la anunciada reedición por parte del museo de Meatzaldea de la obra El intruso, y suyas serán las 9 láminas que complementarán la exposición que está ultimando el museo gallartino sobre los carburos, las lámparas que utilizaban los mineros". Estos días estoy cerrando algunas entrevistas para completar los testimonios orales que he ido recogiendo de personas que han conocido el viejo pueblo de Gallarta, aunque por desgracia ya no quedan muchas personas mayores para entrevistar, pero hay algunas fuentes documentales que reúnen entrevistas a vecinos y vecinas ya desaparecidas", señala este joven estudiante. Durante los años que ha estado estudiando su grado en Antropología Social ha seguido cultivando su pasión por el dibujo como alumno del Museo de Reproducciones de Bilbao. "Es una de mis pasiones. Con el color y la pintura no me llevo nada bien pero lo que es el dibujo es lo que más me ha gustado. La pena es que siempre he odiado las matemáticas porque se me daban fatal, si no tal vez hubiera hecho Arquitectura", reconoce. Asiduo del Museo de Reproducciones de Bilbao, "un auténtico santuario del arte clásico, desgraciadamente poco conocido a pesar de que alberga las copias de algunas de las más grandes obras de arte de todos los tiempos", asegura Sánchez De Luna. Más allá de se su gran afición, para este joven, el arte del dibujo con lápiz o rotuladores de tinta que practica es un "complemento" para su formación académica.

"Como la Antropología Social es una disciplina tan abierta, en realidad se puede complementar con casi cualquier disciplina, con cualquier faceta desarrollada por el ser humano, desde la religión, las clases sociales, el arte, lo que sea. Entonces sí que puede haber cierta relación. Gracias a las prácticas que he llevado a cabo durante la carrera he podido entrar en el Museo Minero y la verdad es que me ha encantado este mundo", apunta el bilbaino que hizo Bachiller Artístico en el instituto de Ibarrekolanda y que ahora ha aceptado el encargo del Museo Minero de aportar un aliciente visual a la próxima exposición con cerca de 200 piezas procedentes del Museo de la Minería de Barruelo de Santullán (Palencia). "Con las figuras de los mineros he intentado poner rostro a la evolución de estas lámparas y mostrar algo más de las piezas. Así vemos la cara apagada del minero con un viejo carburo de mano frente al obrero con un carburo de casco, más seguro y eficiente", señala.