La historia de Girard-Perregaux está llena de creaciones excepcionales que aúnan estética y funcionalidad para mostrar el valor del tiempo. Entre estas creaciones destaca el icónico Laureato, creado en 1975, así como el tourbillon 'con tres puentes de oro' capaz de encarnar lo invisible y de convertir los puentes, hasta ese momento meros elementos técnicos, en parte integral del reloj, una decisión pionera en la historia de la relojería.

El nombre de Girard-Perregaux representa la vanguardia de la innovación relojera por excelencia, una firma refrendada por las más de cien patentes registradas y por los innumerables certificados y distinciones recibidos.

Girard-Perregaux es una de las pocas manufacturas relojeras capaces de mantener este estatus durante más de dos siglos gracias a su dominio interno de las habilidades relojeras necesarias, pieza excepcionales que se pueden encontrar en Perodri Joyeros en Bilbao y Santander.

"Nuestros actuales relojes desafían los límites de la relojería en la vida moderna. Girard-Perregaux es parte del Kering Group, líder mundial en artículos de lujo", aseguran desde la marca.

Laureato

Este año, el modelo Laureato, pieza clave de la firma, celebra su 45 aniversario, una joya de elegancia deportiva originada en el panteón de relojes de acero integrados de los años 70, con unas características muy dominantes como el bisel octogonal elevado, diseñado y elaborado a mano en la manufactura de Girard-Perregaux.

Con sus elegantes líneas, su facilidad de uso y su caja y pulsera integradas, el Laureato combina estética y funcionalidad. El brazalete de acero encaja perfectamente en la caja con las líneas de 'Clous' de París, finalmente grabadas en la esfera para lograr un atractivo clásico.

La espectacular pieza tiene dimensiones octogonales que permiten inusuales reflejos de luz, ya que los lados fluyen suavemente entre sí a través de superficies convexas y cóncavas. Los acabados, alternados satinados y pulidos, son otra característica distintiva de este modelo.

La pieza en esqueleto revela en el octógono la arquitectura de un movimiento totalmente esqueletizado acabado a mano.