IN celebraciones. Este año la crisis del coronavirus se ha llevado por delante el día del padre, el de la madre y ahora, los floristas dicen adiós a su campaña más fuerte de todo el año: la festividad de Todos los Santos. Corren tiempos difíciles y el sector de la flor está sufriendo las consecuencias derivadas del actual estado de alarma. Los bilbainos no podrán acercarse al cementerio de Derio para honrar a sus difuntos debido a las restricciones de movilidad. Muchos de ellos habían encargado flores como de costumbre. Sin embargo, los floristas no han parado de recibir llamadas para cancelar pedidos. "Con la venta que se hacía este día podía vivir una familia todo un año", apunta Ibon Nieva, que trabaja en el local Ibon and Krais.

Su padre lleva más de 36 años en el sector y confiesa que las pérdidas no han cesado desde que se decretó el primer estado de alarma en marzo y opina que desde entonces nadie se ha preocupado por ellos. "Nos están arruinando el año y el día de Todos los Santos es una fecha importante para el sector", comenta.

Para esta fecha tan señalada cuentan con un servicio para entregar las flores, pero los clientes han optado por llevarse la flor a casa. "Esta vez la gente quería venir a la tienda y poder ir. Es una época delicada y un momento muy íntimo, así que lo hemos entendido", expone. Esta floristería había recibido pedidos desde Markina y Derio, entre muchos otros municipios, pero las limitaciones les han arruinado la campaña.

Virginia Fernández, de la floristería Ruiz de Ocenda, ha visto cómo su proveedora se ha quedado con seis contenedores de flores sin poder vender. "Nosotros podemos cancelar los pedidos, pero los proveedores, no. El comercio tiene que comprar con antelación, al margen de lo que se vaya a vender", explica. Fernández arrancó su negocio tras el confinamiento y aunque sabe que es un sector que está en declive, cada día saca a la calle sus ramos de flores para "hacer más natural la venta diaria".

Sin eventos

Además del día de Todos los Santos, las floristerías tampoco decoran bodas. "Los eventos se van aplazando y tampoco sabemos lo que pasará el año que viene. Hemos pasado de hacer muchísimas a no hacer ni un 20% en todo el año", expone Rosa Lozano, de flores Elorz.

Es un año incierto por lo que muchos han optado por retrasar un día tan importante. "La gente quería casarse incluso con las nuevas reglas. La semana que viene tenía una boda, pero cada quince días la van retrasando. Para ellos es un desgaste emocional muy grande, pero para nosotros también porque lo estamos pasando muy mal", manifiesta. Los floristas han dejado de generar importantes ingresos durante este año. Por eso, esperan recibir apoyo y que la tradición por regalar flores no se pierda.

Los vecinos de Derio han comenzado a aportar su granito de arena y ya que los bilbainos y otros municipios cercanos no podrán acercarse hasta el cementerio, estos se han ofrecido a llenar el camposanto de flores en su nombre.