EL Día Mundial de las Ciudades que hoy se celebra trae a la palestra los modelos de planificación urbanística, entre los cuales sobresale la espectacular transformación de Bilbao en las últimas décadas, que deslumbra al mundo. En 30 años, el paisaje urbano ha mudado su piel industrial para recubrirse del brillo del titanio y el cristal que reviste sus edificios más imponentes. Ello unido a la regeneración del entorno con un impresionante desarrollo urbanístico le convierte en una ciudad de referencia mundial en arquitectura y urbanismo.

Uno de los acontecimientos claves de esta metamorfosis que ha colocado a Bilbao en una posición destacada en el mapa internacional ha sido la apertura del Museo Guggenheim en 1997. El colosal edificio diseñado por Frank Gehry, que es hoy el gran emblema de este nuevo Bilbao, ha contribuido de forma considerable a esta regeneración y profundo cambio.

Junto a las nuevas áreas antes ocupadas por ruinas industriales y ahora ganadas para el paseo, equipamientos culturales y de ocio... en definitiva, para la calidad de vida de los bilbainos/as, como es el caso de Abandoibarra, se han rehabilitado también zonas emblemáticas de la ciudad, como el Casco Viejo, que recuperó su lustre histórico y su vitalidad tras las brutales inundaciones de 1983. En nuestros días es un espacio turístico de primer orden, con su solera y alma botxera tradicional que da personalidad a este núcleo histórico de la villa. En sus calles y plazas, perderse es un placer acompañado de buenos pintxos y potes en sus numerosos establecimientos hosteleros.

Fechas clave

La profunda transformación que ha dado paso a la nueva urbe moderna y cosmopolita ha sido un proceso continuado durante décadas e imparable a día de hoy para seguir evolucionando como ciudad. En ese tiempo destacan especialmente fechas como el año 1973, en el que el estallido de la crisis económica frenó la industria y economía de la zona.

Asimismo, 1983 hizo historia en Bilbao por las citadas inundaciones, un terrible suceso que conmocionó a la ciudad provocando en ella graves destrozos.

Por último, otro año relevante que dio paso a una nueva urbe es 1992, cuando se crea la sociedad Bilbao Ría 2000 para la regeneración urbanística de Bilbao y su entorno, con el objetivo de recuperar zonas degradadas y antiguas áreas industriales. Sus frutos han quedado a la vista para admiración de quienes habitan en la urbe y a nivel europeo e incluso internacional.

Hito

En la transición de un paisaje urbano a otro marcó un hito el saneamiento de la ría y de los espacios naturales de la ribera. En ese entorno se fueron proyectando edificios singulares y áreas como parques y paseos. La lista es prolija, desde el Museo Guggenheim Bilbao al Palacio Euskalduna, Abandoibarra, las torres Isozaki, la plaza Euskadi, la torre Iberdrola, Bizkaia Aretoa, la Biblioteca de la Universidad de Deusto... que convierten a la ciudad en todo un icono de servicios y cultura que atrae al turismo. Para el diseño de estas infraestructuras se confía en arquitectos de reconocido prestigio internacional. Hasta el punto de que Abandoibarra es la zona del mundo con más edificios diseñados por ganadores del premio Pritzker de arquitectura por metro cuadrado. Y es que pocas ciudades pueden presumir como Bilbao de contar con cinco premios Pritzker. La primeras figuras de la arquitectura mundial que han ayudado a conseguir la metamorfosis de Bilbao son Frank Gehry, autor del Guggenheim; Norman Foster, del metro; Arata Isozaki, de las torres que llevan su nombre; la anglo-iraquí Zaha Hadid, responsable del Master Plan de Zorrotzaurre; y el arquitecto Richard Rogers, que ha diseñado el rascacielos más alto de Garellano.

Proyecto estratégico

El proyecto estratégico de la transmutación de Bilbao lo completan los nuevos puentes sobre la ría (Zubizuri, pasarela Pedro Arrupe, Euskalduna o Frank Gehry, que une la isla de Zorrotzaurre con tierra firme, y medios de transporte e infraestructuras como el metro, el aeropuerto y el tranvía. Tales elementos conforman una excelente red de movilidad que conecta Bilbao y sus barrios con las comunidades limítrofes y el ámbito internacional.

Con todo, Bilbao no ceja en el empeño por avanzar hacia el futuro, dotándose de los mejores equipamientos e infraestructuras como ciudad museística, universitaria y de negocios. Los trabajos actuales que se están acometiendo en la isla de Zorrotzaurre son claro ejemplo de ello.