- Según las estadísticas que Osakidetza dio a conocer ayer, Lanestosa sigue ganando la partida al coronavirus. El municipio de menor extensión de Enkarterri, con poco más de 250 habitantes y 1,3 kilómetros cuadrados de superficie, es el único de la comarca que no registra casos. Lo viven "satisfechos dentro de la gravedad de la situación". "No cabe duda de que el tamaño y la dispersión nos están beneficiando, pero las localidades de alrededor tienen positivos, así que también lo atribuyo en parte a la suerte", razona el alcalde, Martín Crespo.

¿Cómo es la pirámide de población?

La gente mayor representa en torno al 40% del censo. La mayoría se vale por su cuenta, dispone de una red familiar de apoyo o recurre a los vecinos para que les acerquen lo que haga falta del pueblo de al lado si no lo encuentran en Lanestosa. Personas que lo necesiten, puede haber un par de ellas. Aquí no existen los barrios, el casco urbano es más bien compacto. Aunque no somos muchos, estamos agrupados. No obstante, nos mantenemos en contacto con la Mancomunidad de las Encartaciones y Cáritas para lo que precisen.

El tejido de solidaridad funciona también en un municipio pequeño...

—Sí, incluso antes de la pandemia. Tenemos la ventaja de que nos conocemos todos.

¿De qué servicios de salud o comercios disponen?

Un botiquín sanitario abre de lunes a viernes. La abacería, que ha cerrado la parte destinada al bar, abastece de alimentos y objetos de primera necesidad. Aunque por el tema del coronavirus ha cerrado la atención al público de los miércoles en la sucursal, continúa el cajero. Hijos o familiares de la gente mayor les ayudan con los trámites bancarios.

¿Recuerda cuándo oyó hablar por primera vez del coronavirus que en enero sonaba tan lejano a Lanestosa?

—Perfectamente, un operario del Ayuntamiento volvió de sus vacaciones en Italia cuando todo el mundo comentaba que era como una gripe. Todavía nos faltan muchas cosas por conocer. Hace unos días escuché que en los sitios con menos contaminación se reduce el tiempo que el virus aguanta en el aire, igual por eso en los pueblos no incide tanto. Con el tiempo sabremos más.

¿Y cuándo empezaron a intuir la magnitud de la emergencia?

—Supongo que como en todos los sitios, respondimos a medida que iban llegando las indicaciones de cerrar bares y comercios a mediados de marzo. En nuestro caso, se clausuraron un restaurante que abrió el año pasado, el albergue y dos bares. También el aparcamiento de autocaravanas, parques, frontón, Ayuntamiento y la biblioteca.

¿Cómo están las cosas en la residencia de Gorabide?

—Las pruebas a los usuarios y los trabajadores han resultado negativas. Aún pueden desarrollar el estudio de la meteorología en colaboración con Aemet porque lo tienen dentro de su propio jardín, pero lo han pasado mal porque estaban acostumbrados a salir con bastante libertad.

¿Habían dado luz verde al presupuesto? ¿Sopesan introducir modificaciones para atender la emergencia económica?

—Ya se habían aprobado las cuentas. Todavía hay mucha incertidumbre sobre cuándo saldremos de esta situación, pero sí, estamos planteando ayudar sobre todo a los comercios. El sector primario es muy pequeño, quedan tres ganaderos, entre ellos yo. Lo que más peso tiene en nuestra economía en cuanto a volumen de empleos es la residencia, con alrededor de 25 puestos de trabajo.

¿Cómo transcurre la rutina en el Ayuntamiento?

—La secretaria trabaja desde casa y suele venir una o dos veces por semana. Al Ayuntamiento normalmente acudo yo, aunque físicamente paso más horas por la calle para comprobar qué hace falta y funciono pegado al teléfono. Si algún vecino necesita, por ejemplo, el contenido de un correo electrónico, me lo envían a mí, lo imprimo y lo acerco. Hace unos días vino Protección Civil de Karrantza y repartimos los deberes de los niños que nos trajeron desde el colegio de Karrantza. La ciudadanía agradece esa proximidad.

¿Perciben mayor movimiento de población en dirección a Lanestosa en fin de semana o puentes estando ya en vigor el estado de alarma?

—Sí, bueno, eso ha ocurrido como en todos los sitios, que nos encontramos con el típico listo que viene al pueblo. No creo que más ni menos. Hemos detectado pocos, pero alguno sí. En verano aumenta el número de habitantes. Estamos hablando de que el consumo de agua se triplica o cuadruplica. No sabemos este año...

¿Pensó que le tocaría gestionar una pandemia?

—Ni yo, ni supongo que ninguno de los demás alcaldes y alcaldesas. Hay que amoldarse a las circunstancias. Los que más están sufriendo son los que han perdido seres queridos y cuando esto pase habría que promover un homenaje.

"La gente mayor representa el 40% del censo, la mayoría dispone de apoyo familiar y vecinal, la red de solidaridad funcionaba ya antes"

"Hemos detectado al típico listo que quiere venir aprovechando fin de semana y puentes. Pocos, pero alguno sí ha habido"