La movilidad es el gran rehén del coronavirus.

-Más que rehén es la gran herramienta para controlar y minimizar los riesgos de esta pandemia. Así se demuestra que influye en evitar el contagio.

Bizkaibus está sufriendo unas caídas de viajeros históricas en toda sus líneas.

-Hemos tenido solo un 8,9% de usuarios de media, comparando con un día normal de enero o febrero. La movilidad ha caído un 91%. Una media de 8.120 viajeros al día.

Un gran batacazo.

-Una cifra muy escasa, pero es consecuencia de esta situación. Hemos adaptado el servicio a las necesidades y requerimientos que han venido tanto del Ministerio como de la Autoridad del Transporte de Euskadi.

Apenas se ven autobuses.

-Bajamos a un 50% la flota en carretera con la diferencia de que en algunas líneas estaban al 100% de frecuencias, porque atienden los hospitales, corredores estratégicos o puntos neurálgicos como el Parque Tecnológico de Zamudio. Hemos priorizado que los trabajadores tengan medidas sanitarias adecuadas, igual que los viajeros que van a sus centros de trabajo esenciales.

Y el aforo de cada autobús, ¿es controlado estrictamente?

-Para guardar la distancia de seguridad, solo pueden viajar un tercio de personas de la capacidad de cada autobús. Además, está habilitada solo como acceso la puerta de atrás y las canceladoras se han modificado para que, cuando se supere el aforo, el sistema emita una alarma que permita al conductor avisar a cocheras de que es necesario una unidad más para cubrir la línea.

¿Hay autobuses de reserva?

-Compensamos con líneas no atendidas ahora mismo como, por ejemplo, las que conectan con la UPV.

¿Cuáles han sido las jornadas que han registrado menos usuarios?

-Las dos semanas de paralización de la actividad industrial. Bajamos de un 50 a un 35% la oferta de autobuses. Garantizar el servicio, sí, pero sin que los autobuses circularan vacíos.

Y el primer día del estado de alarma, con aquellas aglomeraciones a primera hora en metro y autobuses, ¿fue un error de cálculo?

-Hay que tener en cuenta que se toman unas medidas inéditas en caliente y, a veces, de un día para otro. Se pueden cometer fallos en una situación que, además, nunca se había dado. Es cierto que en trenes se vieron aglomeraciones, pero en Bizkaibus no hubo mayores problemas, y al día siguiente se solucionaron con el 100% del servicio en horas punta.

¿Y cómo va a ser el día después de finalizar el estado de alarma?

-Seguro que no va a ser igual que antes. La normalidad no va a volver sin más. Estamos trabajando en varios escenarios y pendientes de las decisiones que se tomen a nivel sanitario para ver cómo nos van a influir.

Por ejemplo, ¿se mantendrán los autobuses con un tercio de aforo?

-O se puede subir a la mitad. No lo sé. Está por determinar.

¿Y tendrán flota para atender muchos más viajeros que en estado de alarma?

-Mantenemos las unidades de la UPV a las que me refería antes y a esas se pueden sumar las de los servicios de refuerzo a las playas o las fiestas, que están en el aire para este verano.

¿Cuál es el escenario con más posibilidades?

-El de la adaptación de Bizkaibus a las medidas sanitarias que se vayan tomando. Si es muy grande el desescalamiento tendremos que implementar medidas más importantes.

¿Hay algún chófer o trabajador de Bizkaibus infectado?

-A día de hoy (ayer mismo), no.

¿Ninguno?

-Hubo dos casos sospechosos que responsablemente informaron a la empresa y se aislaron en casa. Al final, tampoco tuvieron coronavirus.

Es algo a destacar y más en un colectivo tan amplio.

-Sí, las plantillas, contando tanto choferes como personal de tráfico, inspectores y demás, suman 1.500 empleados, muchos de ellos en contacto constante con viajeros.

¿Teme una caída en el número de viajeros por temor al contagio en los transportes colectivos?

-No creo que la gente vaya a dejar de Bizkaibus por miedo al virus, alguno siempre habrá, pero la población está siendo responsable y atiende el mensaje que se está dando de que se use el transporte público solo lo estrictamente necesario. Si se puede mover uno en coche privado, mejor.

Es extraño que diga esto último un diputado de Transportes.

-En un escenario normal claro que fomentamos el transporte público y de calidad para que se utilicen menos coches, pero en esta situación inédita es entendible la petición.

Lo que ya ha olvidado es superar los treinta millones de viajeros.

-Está claro. Se ha roto una tendencia en la que Bizkaibus sumaba desde hace tres años aumentos de usuarios; solo el ejercicio pasado sumamos cuatro millones más. Este año 2020 va a ser de un mal recuerdo para todos los transportes, tanto de carretera como ferroviarios.

Estos cambios continuos, ¿cómo lo asumen las concesionarias del servicio y sus plantillas?

-El sector del transporte es muy reivindicativo, pero agradezco a las empresas y, sobre todo, a los trabajadores, su implicación sin generar problemas a la hora de sacar los servicios necesarios adelante.

¿Hay ERTE en alguna empresa?

-No, somos servicio esencial y al final de estos meses todos los empleados cobrarán el 100% de su salario.

Bajada brutal de clientes, menos unidades en servicio, pérdidas económicas para Bizkaibus... Las arcas forales van a tener que poner más dinero sobre la mesa.

-Es evidente que la autofinanciación que supone la venta de billetes y bonos está cayendo. De los 92 a 95 millones que Bizkaibus nos cuesta cada año a los vizcainos hay una parte importante, un 27%, que se sufraga con el billetaje. Al descender esa partida, el año que viene habrá que tener en cuenta un mayor aporte económico.

¿Subirá el precio de los billetes?

-No creo. Hay que tener en cuenta que desde hace tres años tenemos congeladas las tarifas, porque somos el transporte que más vertebra Bizkaia, llegando casi a cualquier sitio. Por ello habrá que hacer un esfuerzo en estos tiempos para seguir manteniendo las tarifas. Habrá que dar una vuelta para ver cómo sufragaremos la caída de la recaudación.

¿Y este año se van a incrementar partidas? El contrato programa con las concesionarias no contempla una pandemia como la actual.

-Los pagos mensuales que se efectúan a las concesionarias son en base a los kilómetros que recorren y eso está consignado. El problema llegará a fin de año cuando sumemos y, en lugar de contar con 29 millones de viajeros, sean muchos menos. La diferencia se cubrirá en las cuentas del próximo año.

¿Ha afectado mucho el coronavirus a la actividad de Aparcabisa?

-Aguanta bastante bien. Muchos de nuestros clientes son pequeños transportistas con dos o tres camiones, autónomos... gente con muchas tensiones de tesorería, por lo que estamos trabajando para no cobrar estos meses críticos y luego prorratear ese importe a lo largo del año. Así no se verán afectadas las arcas forales, se podrá alcanzar casi la autofinanciación de la sociedad y ayudar a los afectados.