Bilbao - Llevan décadas instaladas en ciudades y pueblos. Antaño, el uso de las cabinas telefónicas era diario y podía salvar de cualquier imprevisto a quien lo necesitara. Sin embargo, los tiempos cambian y con la llegada del teléfono móvil su uso casi ha desaparecido. A pesar de ello, a finales de noviembre de 2019 había 385 cabinas en Bizkaia, 249 en Gipuzkoa y 99 Araba. ¿La razón? Las cabinas telefónicas son un servicio universal obligatorio, como mínimo, hasta el 31 de diciembre de 2021 a pesar de que no tengan usuarios. A pesar de todo el Parlamento estudia la posibilidad de aprobar antes de esa fecha una ley que permita su supresión. En Bizkaia, desde 2015, han sido eliminadas 39 cabinas.

Las cabinas hicieron su aparición en las vías públicas en 1928 y a día de hoy existen casi 15.500 en todo el Estado, aunque, como ha podido saber DEIA, muchas cabinas no registran ni una sola llamada en todo el año. Según los datos facilitados por Telefónica, la media de llamadas al día de media general de enero a octubre del año pasado fue de 0,56 llamadas. Y la media mensual estatal en octubre del pasado año fue de 0,37 llamadas por teléfono y día.

Mantener las cabinas en buen estado, pese a su inactividad, cuesta a la multinacional de comunicaciones unos 4,5 millones de euros anuales, según los últimos datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, que revisa las condiciones de la prestación del servicio y que se refieren a 2016. Según las mismas fuentes, países como Francia, Bélgica, Dinamarca o Estonia también están en proceso de suprimir el servicio universal de cabinas.

Telefónica seguirá siendo el operador encargado de mantener activo este servicio, a pesar de que su intención es eliminarlas. Cada cabina supone un coste medio de 291,3 euros al año, por lo que cada llamada de teléfono registrada sale de media a 2,5 euros. Además de eso, la multinacional también se encarga del conjunto del servicio universal de telecomunicaciones que garantiza el acceso a la red telefónica pública desde cualquier ubicación geográfica o una velocidad de conexión de al menos un megabit por segundo. Aún así, tal y como explicaron fuentes cercanas a Telefónica, este servicio es financiado de forma proporcional en función de sus ingresos por los operadores que facturan más 100 millones de euros. Así las cosas, según algunos datos recientes de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, los encargados de financiar el servicio universal de 2016 fueron catorce operadores, lo que supuso un coste de 16,78 millones de euros en el Estado. Los operadores que más aportaron fueron Telefónica, con 5,2 millones de euros; Vodafone, 2,86, y Telefónica Móviles, con otros 2,86.

Los ciudadanos, asombrados En plena calle, muchos ciudadanos bilbainos se sorprenden al conocer la cantidad de cabinas que tiene el territorio vizcaino. "¿Tantas?", se preguntan muchos. "Yo hace muchísimos años sí que las utilizaba, pero ahora ya no. De hecho, hace tiempo tuve que hacer uso de una de ellas y no sabía cómo funcionaba. Me devolvía siempre las monedas", indicó Ana Begoña, de Santutxu. Por su parte, Josu Zubizarreta, un joven de 25 años, no tiene recuerdos nítidos de haber utilizado alguna vez una cabina: "Alguna vez que fui de pequeños a udalekus las utilizábamos para llamar a nuestros padres, pero ahora, con los móviles, no sirven para nada. De hecho, no sabía que había tantas".