GÜEÑES. Hablan de espacios o hiperaulas y no de clases en el sentido más convencional. Y es que escolares de varios cursos comparten las estancias, lo que les permite interactuar en las zonas comunes y compartir recursos. 165 estudiantes -111 de Primaria y Secundaria- ya han estrenado las renovadas estancias del colegio Osotu de Güeñes. A finales de agosto el Departamento de Educación del Gobierno vasco concedía la autorización para empezar el curso en Enkarterri tras haber impartido clases sin permiso en Zierbena durante el periodo 2018-2019.

La demora de las obras hizo peligrar la expedición de la autorización. “Hemos pasado mucha inquietud por el alumnado y las familias” reconoce la directora, Mari Mar Hernáez, pero han llegado a tiempo incluso con “lista de espera” en las matriculaciones”, certifica Aitor Baltziskueta, responsable del Área de Tecnología. Con uno de los edificios de la antigua cooperativa de enseñanza Coenen pendiente de rehabilitación para acoger los desdobles que permitan impartir dos líneas por curso, así como los ciclos de Infantil y Bachillerato, en el centro prefieren centrarse de momento en la evaluación al alumnado que entre septiembre y junio pasados estudió en Zierbena sin recibir calificaciones. Desde Educación “nos han dicho que realicemos la evaluación al principio del curso en un centro autorizado y los estudiantes se incorporan a la clase que les correspondería”, sin repetir, explica la directora.

Arrancan y cierran la jornada con una asamblea en la que los escolares expresan sus sentimientos e inquietudes, con el objetivo de mejorar la convivencia. “Cumplimos con el currículo vasco”, pero las materias no se estructuran de manera rígida ni el aprendizaje, en euskera, castellano e inglés, se basa en la memorización. Tampoco mandan deberes para realizar en casa salvo contadas excepciones que se limitan a “pedirles que busquen información sobre algún tema de clase. Y, aunque se examinan “porque deben de acostumbrarse” para cuando se lo exija su formación superior “o pruebas de idiomas”, las calificaciones no tienen un peso determinante en las notas finales.

Cuando tomen el pulso a su nueva ubicación pondrán en marcha un huerto escolar y otras iniciativas para estrechar el contacto con los vecinos de Güeñes.