LOS vigilantes de la playa son una figura importante durante todo el verano. La vida de muchos de los usuarios que acuden a los arenales vizcainos dependen de ellos. No obstante, antes deben pasar unas pruebas físicas y superar posteriormente un examen teórico que determinará si son unos socorristas de sobresaliente. El primer examen tuvo lugar ayer en la playa de Plentzia, donde se citaron 287 candidatos, más que el año pasado, según apuntó el coordinador general de playas de Cruz Roja Bizkaia, Koldo Larrazabal. Para hacerse con una de las 154 plazas que dispondrá la Diputación Foral para trabajar desde junio a septiembre, todos y cada uno de ellos demostraron su buen estado físico corriendo 800 metros desde la playa de Gorliz y otros 600 nadando hasta llegar al arenal colindante de Plentzia.

A las 9.30 horas, los aspirantes a socorristas hacían una larga cola para inscribirse, recibir un gorro rojo y ponerse el neopreno para hacerle frente a una de las pruebas más duras de la convocatoria. También tuvieron que llevar consigo un microchip en el tobillo para registrar el tiempo de cada uno de ellos. El mal tiempo hizo acto de presencia y los aspirantes tuvieron que hacer frente al viento, la lluvia y las olas. “El mar está bastante revuelto así que complicará bastante la prueba”, dijo Larrazabal minutos antes del inicio de las pruebas.

Nerea Arana acudió desde Durango hasta el arenal vizcaino para probar suerte. “Es la primera vez que me presento. Todavía no estoy nerviosa, pero seguro que cuando me encuentre ahí en la arena, de pie, con todo el mundo a mi alrededor, igual me echo a temblar”, dijo la joven que se encontraba acompañada por su madre. Y es que los ánimos por parte de los familiares y amigos llenaron de energía a los jóvenes.

Hacer un buen tiempo en las pruebas físicas es imprescindible, pero no decisivo. Para optar a una plaza deberán cumplir los requisitos de ser mayores de 18 años, poseer el título de Primeros Auxilios y de Socorrista y estar en buena forma física. Para demostrar este último hecho hay quienes llevan preparándose meses o incluso un año entero. “Llevo entrenando desde enero, sobre todo haciendo natación que es lo que más me preocupa. Lo de correr no tanto porque hago atletismo desde pequeño. Por esa parte estoy relajado, pero lo intentaré hacer lo mejor posible y espero que sea un verano diferente en el que disfrute trabajando como socorrista”, comentó Josu Cuñado, otro de los aspirantes que se presentó junto a su grupo de amigos y que confesó que desde hace dos semanas los nervios por superar esta prueba le habían quitado el sueño.

Esperanzas Adrián García y Eder Fernández se levantaron con la esperanza de pasar el primer examen. “Pretendemos hacerlo bien porque llevamos todo el año preparándonos. Hemos estado viniendo a la playa a nadar y a correr. Sabemos que hace mal tiempo y que será más difícil, pero igual nos favorece”, dijeron convencidos. “No es lo mismo hacer la prueba con buen tiempo, porque si un día hace un tiempo como el de hoy nosotros tendremos más facilidades para enfrentarnos a situaciones complicadas”, apostillaron.

Debido a las inclemencias del tiempo, la prueba se demoró más de lo previsto. Tras las explicaciones de Larrazabal por megafonía, los candidatos se dirigieron al arenal de Gorliz para completar 800 metros a la carrera y después adentrarse en la mar. “Es muy importante que cuando entréis en el agua crucéis la parte exterior de la boya. Todos los dorsales que entren por la parte interior quedarán eliminados. Una vez que lleguéis no paréis hasta pasar por la alfombra”, apuntó el coordinador de playas de Cruz Roja que un año más será la organización contratada por el ente foral para gestionar el servicio de Salvamento y Socorrismo en la costa vizcaina.

Todos los aspirantes lo hicieron de sobresaliente. Los tres mejores tiempos rondaron los quince minutos mientras que el peor fue de 38 minutos y 17 segundos. “Mi objetivo no es trabajar como socorrista pero quiero que sea una experiencia increíble”, concluyó Nerea Arana, que no fue ni la mejor ni la peor, pero mantiene su esperanza intacta.