Barakaldo - No fue una vuelta al cole, pero como si lo fuera. Ayer, la comunidad educativa del colegio Antonio Trueba de Barakaldo vivió su primera jornada a pleno rendimiento en las instalaciones de Artazu Goikoa en Rekalde. Era la jornada -tras haber asistido a clase el lunes cerca de la mitad del alumnado- de probar a qué hora hay que levantarse para llegar a tiempo al autobús que lleva a los estudiantes hasta el centro bilbaino y de comprobar si las instalaciones de Artazu Goikoa sirven para acoger a sus 408 alumnos. Así, el día de ayer fue el banco de pruebas, para detectar los posibles ajustes a realizar en aspectos tales como la organización del propio transporte escolar y los equipamientos necesarios para que, dentro de lo posible, el alumnado de Antonio Trueba reciba clase con los recursos que, hasta hace una semana, contaba en las instalaciones de su centro.
La realidad apuntó, según indicó Pedro García, presidente del Ampa de Antonio Trueba, que queda mucho por hacer. “Las de Artazu Goikoa no son unas instalaciones que estén adaptadas para que se imparta la ESO. Somos conscientes de que la decisión de clausurar el edificio de Antonio Trueba se toma para velar por la seguridad de nuestros hijos, pero no por ello debemos aceptar cualquier escenario y cualquier condición. Si se mantienen estas condiciones se puede dinamitar el proyecto educativo de Antonio Trueba”, analizó García.
La primera etapa del primer día en el que el centro barakaldarra buscó rendir a pleno rendimiento en Rekalde fue la de acudir a la parada de autobuses habilitada en la avenida del Ferrocarril de Barakaldo para, desde allí, hacer los cerca de doce kilómetros que le separan de Artazu Goikoa. “Ha habido autobuses que han llegado tarde tanto en el viaje de ida como en el de vuelta”, reconoció García, quien puso de manifiesto que “la dirección del centro no puede encargarse de todo lo referente a las condiciones especiales por el traslado. Bastante tarea tienen con desarrollar nuestro programa educativo”.
La hora para tomar el autobús hacia Bilbao estaba fijada a las 7.45. En las inmediaciones de la Avenida del Ferrocarril barakaldarra se percibía un ir y venir de adolescentes con mochila que trataban de habituarse a su nueva situación que, si no hay cambios, se mantendrá hasta finales de enero, cuando concluyan las obras de acondicionamiento del instituto Minas. “La situación no es cómoda ni fácil para el alumnado de Antonio Trueba. Todos los cambios son costosos, más si cabe, si se hacen de forma brusca y repentina como es el caso”, indicó el presidente del Ampa.
Tras haber vivido el primer cambio, el de desplazarse hasta el instituto en autobús, los alumnos de Antonio Trueba que el lunes no asistieron a clase a modo de protesta vivieron el segundo gran cambio: las instalaciones. “Hay una serie de deficiencias claras como que, por ejemplo, las clases son pequeñas para acoger a tantos alumnos, no hay laboratorio ni casilleros en las mesas, la sala de profesores es muy pequeña, no hay biblioteca... Son deficiencias que son un argumento más para que digamos que esta no es la mejor solución para nuestros hijos”, indicó García. El Ampa de Antonio Trueba puso en conocimiento de la dirección del centro las diversas deficiencias que detectaron para tratar de resolverlas. Otra de las cuestiones que, según el Ampa del centro, hay que tratar de pulir es la salida de los autobuses que llevan de vuelta a Barakaldo al alumnado del centro. “Ha habido algunos que han llegado tarde y, por ese retraso, ha habido alumnos que se han tenido que ir a hacer algunas actividades extraescolares casi sin comer”, señaló García.
Esta semana está siendo de mucho movimiento en el seno del instituto Antonio Trueba. Desde que hace justamente ocho días se decretase la clausura por deficiencias estructurales del edificio en el que durante 53 años se ha asentado el proyecto educativo del centro, se han sucedido las reuniones y encuentros para tratar de hacer este traslado a las instalaciones de Artazu Goikoa lo más ordenadamente posible y, en el caso del Ampa, se ha trabajado contrarreloj para tratar de hacer que las instituciones hallasen una alternativa para que sus hijos pudiesen ir a clase sin salir de su localidad. “Para nosotros es absolutamente vital que el colectivo de padres y madres tenga un papel importante, que tengamos una participación activa en torno a las decisiones que se tomen en este asunto. Son nuestros hijos y nuestro espíritu es hacer aportaciones constructivas y positivas para que mejoren las condiciones del alumnado del centro”, ahondó el presidente del Ampa del centro barakaldarra.
declaración institucional De este modo, dentro de la agenda repleta de reuniones en las que participan todas las partes implicadas, el Ampa de Antonio Trueba mantiene una rueda de conversaciones con todos los grupos políticos con representación en el pleno municipal de Barakaldo. El objetivo de dichos encuentros, tal y como apuntó García, no es otro que “acercar a las diferentes formaciones políticas la problemática que vivimos estas familias de Barakaldo, el pueblo al que representan”. En la mañana de hoy, tendrá lugar la que, en principio, será la última de esta serie de reuniones con agentes políticos de Barakaldo. En ella, el Ampa de Antonio Trueba se reunirá con la alcaldesa de Barakaldo, Amaia del Campo, para mantener una comunicación fluida acerca de esta situación excepcional que vive esta comunidad educativa. “Nuestra intención, nuestro propósito, es que el Ayuntamiento de Barakaldo apruebe una declaración institucional para defender el derecho de nuestros hijos a estudiar en Barakaldo y en condiciones más dignas”, aseveró García. Hoy, el alumnado de Antonio Trueba volverá a Artazu Goikoa esperando que, en la medida de lo posible, las deficiencias vayan desapareciendo para poder estudiar mejor.