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Convertir espejos en ventanas

Convertir espejos en ventanasP. Viñas

ES uno de los retos cuya consecución nos convierte en mejores personas: convertir los espejos en ventanas, transformar el amor propio en amor al prójimo. En realidad, lo que más gusta de la ayuda recíproca y desinteresada entre dos personas es la incertidumbre de no saber, al final, quién tuvo la suerte de conocer a quién. Valga toda este reflexión como preámbulo de la historia que hoy vengo a contarles, el vigésimo quinto aniversario de Pausoka, el centro de recursos para personas mayores de Cruz Roja Bizkaia, institución que preside Javier Zarraga y que ayer celebró sus cinco lustros de vida en la Sala BBK de la Gran Vía en un acto amenizado por las voces campanudas de Gurutze Gorria Abesbatza en el que se agradeció la labor ingente del voluntariado -Tina Agüero y María Luisa Estévez fueron las encargadas de recoger los parabienes en nombre de los más de cinco mil voluntarios y voluntarias prestos a ayudar a las personas mayores necesitadas a lo largo de este cuarto de siglo- y la colaboración del Gobierno vasco, con Beatriz Artolazabal al frente; la Diputación Foral de Bizkaia, encabezada ayer por Isabel Sánchez Robles; el Ayuntamiento de Bilbao, representado por Iñigo Pombo y BBK, con Gorka Martínez al frente. Esos fueron los nombres que ejercieron como cabeza de cartel en una ceremonia cuyas riendas llevó Ramón Bustamante.

Un halo de orgullo del sano encapotó la sala donde discurrió todo. Allí se encontraban, pongamos por caso, seis de las chicas de la Cruz Roja que han participado en Pausoka desde su fundación. Algunas de ellas tienen hoy la edad de quienes se apoyaron en sus hombros tiempo atrás pero María Jesús Serna, Charo Hernández, Leo Rodríguez, María Ángeles Elejalde, Conchi Castro y Agustina Castro siguen dando el callo, mantienen en pie la idea de que el amor es la única riqueza de la tierra que crece cuando se reparte. No fueron los únicos presentes. A la cita se sumaron el subdelegado del Gobierno, Vicente Reyes, Mercedes Alcalá-Galiano, Iñaki Irusta, Manu Calvo, José María Eizaga Reyner, Alberto de Castro, secretario provincial de Cruz Roja; Aitor Allende, coordinador de la Cruz Roja en Euskadi; Nati Bartolomé y Carmen Mestre entre otros.

A lo largo de estos años desde Pausoka han trabajado, técnicos y voluntariado, contra la soledad, la falta de autonomía, las situaciones de discriminación por edad, y la sobrecarga de los familiares que realizan labores de cuidados de las personas mayores. Entre quienes ayer se acercaron a tributar una salva de merecidos aplausos se encontraban Natxo Arnaiz, director de Bolunta, la agencia para el voluntariado y la participación social; Onintze Amezaga, Leire Ortiz de Zarate, un escuadrón de mujeres jóvenes formado por Elsa López, Maitane Boulanguier, Asame Pérez, Virginia Pizarro y Ana Arcenillas; Cristina Hernández, María Jesús Agirre, Iñaki Amezaga, José Luis Fernández, Alicia Madariaga, María Teresa Bengoetxea, Agustín Palacios, Libe Romaña y un largo etcétera de invitados que disfrutaron de una tarde cargada con la pólvora del compromiso. En una imaginaria geografía son legión quienes habitan en Vejez de la Frontera. Y también lo son, o al menos debieran serlo, quienes hacen que habiten más tiempo y de mejor calidad.