Bilbao - La conversación se cruza con Juan Armentia, presidente de la Federación de Agrupaciones Fotográficas del País Vasco, camino de Tanger, donde acudía a recoger un premio de la federación que preside, una de las más dinámicas en el oficio. Habla Juan sobre aquello que ama, la fotografía, una pasión que no le llegó por uno de ess chaparrones que empapan sino que fue calándole hasta los huesos, desde los 16 ó 17 años hasta hoy en día, cuarenta años después. Si a ello se le une que en 1992 le inyectaron el veneno del deporte olímpico (paralímpico para ser más precisos...), Juan es un tipo envidiable: hace y vive de lo que ama.

Hay más fotógrafos que nunca en la historia

-Bueno, con los dispositivos móviles al alcance de la mano todo el mundo hace fotografías. Pero no todo el mundo que fotografía es fotógrafo.

¿En qué se distinguen unos y otros?

-En la mirada, en cómo se buscan las situaciones, en los encuadres, en el conocimiento de quien saca las fotografías. Piense que los teléfonos móviles cada vez tienen mejores ópticas y llegará un tiempo en que sean casi profesionales, pero ahí está la mirada.

¿Tanto cuesta sacar una buena fotografía?

-La técnica cada vez es más fácil, así que creo que es esencial tener visión fotográfica. Hay gente que no es capaz de ver el encuadre aunque tenga la estampa delante de sus ojos .

¿Cómo se entrenan cosas así?

-Tiene mucho de mirar otras fotografías, otros trabajos. Y la pintura, que tantas veces te enseña cómo enfocar una historia. Hay un trabajo de fondo, de investigación.

Han perdido un buen caladero: las bodas.

-Ya. Todo el mundo tiene alguien que les hace las fotos de boda. O lo que estoy oyendo ya, los novios piden a los invitados que les envíen las fotos que sacaron. Pero tienen ahora un problema: miles de fotos que clasificar y así pasan cuatro, cinco años, y no se han puesto a ello. Que piensen qué tipo de trabajo quieren sobre uno de los días de su vida.

¿No da para comer el oficio?

-No están bien pagadas. A mi juicio antes se hacían mejores fotos, mejores trabajos, con menos técnica. Me acuerdo de Garay, de Alonso. Eran fotos con gran expresión y la calidad de álbumnes y de catálogos ha bajado.

¿Qué haría falta para recuperarse?

-Cubiertos los requisitos técnicos mínimos, la herramienta más importante de la fotografía es la cabeza.

¿Cómo le conquistó el deporte paralímpico?

-Un poco por casualidad. En el 92 fui a los Juegos Olímpicos de Barcelona y me enganché, sobre todo en el deporte adaptado. Siempre me ha gustado el deporte. Son héroes silenciosos.

Alguna imagen que recuerde...

-En los Juegos de Brasil vi a una chica que bailaba de maravilla con dos piernas ortopédicas. Era pura poesía. Llevo desde el 92 haciendo Juegos y aún me sorprendo.

¿Qué desafío le queda pendiente?

-Más que un desafío me gusta el lema de la Federación: a la amistad por la fotografía.