EL año de la revolución que cambió su vida fue 1989, fecha en la que Rosa Oriol, junto a Salvador Tous, desembarcaron en Barcelona y la joven Rosa decidió que podía darle un nuevo aire a la joyería. Como tantas y tantas ideas de envergadura su intuición brotó de la planta de la sencillez: Rosa diseñó un colgante con trazos de oso de peluche. ¿Bromas y chanzas en la alta joyería...? Pocas, se oyó decir. Veintitantos años después, la ocurrencia se estudia en las universidades (y si no es así, se debiera estudiar...) y ha ensanchado su territorio en noventa países, con alrededor de 400 tiendas. El oso de Tous tiene, incluso, un club de detractores por mucho que estrellas de la talla de Jennifer López. Kyllie Minogue o Gywneth Paltrow hayan mostrado su admiración a la joya.
La misma fascinación, idéntico reconocimiento, es el que le brindaron desde la asociación Mujer Siglo XXI que preside Magdalena Suárez y que ha concedido este año su tradicional alfiler de oro a Rosa en una ceremonia sentida en el hotel Carlton. Viendo con qué emoción le rodeaban, con qué cariño, uno tuvo una aparición en su cabeza. Aquello recordaba un tierno abrazo a Mamá Osa, dicho sea con el mayor de los respetos. Rosa, con una eterna sonrisa, recogió la distinción con humildad, la misma con la que comenzó su singladura o con la que en 2009 puesta en marcha la Fundación Rosa Oriol, tras conocer a la monja Lucía Caram que le pidió ayuda en una calle de Manresa.
tren de cercanías Quienes acudieron a la cita sintieron acercarse en un tren de cercanías, en uno de esos que te acercan a casa. A Rosa le acompañaron su alma gemela, Salvador Tous -hay quien asegura que incluso se parecen...- y su hija Rosa Tous. Les rodearon hombres y mujeres que quisieron reconocerle su trayectoria profesional y humana; hombres y mujeres como el portavoz del Gobierno vasco y consejero de Gobernanza Pública y Autogobierno, Josu Erkoreka; el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto; la viceconsejera Isabel Muela, Felisa Ramos, María Victoria Cañas, Isabel Sánchez Robles, Marcos Muro, Itziar Urtasun, Teresa Laespada, Carmen Miral, Yolanda del Hoyo, anfitriona en la noche; Margarita Esteban, Pilar Orbegozo, Berta Longas, Maite de la Fuente, Begoña Urtxaga, Belén Zurbano, Mari Carmen Muñoz, Guadalupe Palacios, Luis Eguiluz, Iratxe Madariaga, la doctora Itziar Olabarria, Magdalena Múgica, Ignacio Erice, Patxi Ortún, Montse Martín, Nerea Riaño, Lorena Fernández, Igone Ossorio, Begoña Ellacuria, Esther Ceballos, Marisol García Abadía, Mercedes Ellacuria, Nerea Llanos, Mariapi Alza, Carlos Fernández de Avilés, Isaac Pérez, Arturo Trueba, Carmen Hernández, Maite Lastra y otra buena gente que redondeó la noche escuchando a la pianista Ainhoa Uria y a la soprano Leyre Mesa, las dos notas armónicas de una noche cargada con la electricidad de lo emotivo.