Balmaseda - Conocer los hechos, evitar que se repitan e intentar reparar a las víctimas son los objetivos del proceso de recuperación de la memoria histórica emprendido en Balmaseda. A instancias de un grupo ciudadano de la villa, y ante la próxima conmemoración del ochenta aniversario de su caída bajo las tropas franquistas, dos foros de trabajo -uno formado por vecinos y otro por las fuerzas políticas representandas en la corporación, PNV, CLI, EH Bildu y PSE- han colaborado para establecer una serie de principios que guiarán la actuación municipal en este campo. El resultado se plasma en un documento que ya ha pasado por el pleno con el máximo respaldo.

Así, el Ayuntamiento de Balmaseda se compromete a que las actuaciones y políticas de recuperación de la memoria histórica se prolonguen más allá de las actividades que se impulsarán este verano, en torno al 29 de junio. Para ello, se contará con las víctimas, sus familiares y la ciudadanía en general a través de procesos participativos. Las acciones propuestas se agrupan en cuatro bloques: derecho a la verdad, a la justicia, a la reparación y garantías de no repetición. Y destacan entre ellas la intención de llevar la memoria histórica a los colegios, estudiar los costes jurídicos y económicos de presentar una querella contra los crímenes de la guerra y la dictadura y asesorar a los ciudadanos que valoren hacerlo, instalar en la subida al Kolitza paneles informativos sobre la batalla que allí tuvo lugar, incorporar en el museo de historia local un espacio dedicado a la memoria, investigar la posible existencia de fosas, así como nombramientos, medallas y honores concedidos por el Consistorio durante el franquismo y retirarlos, en su caso, o reeditar el libro de Txomin y Jesús Etxebarria acerca de la Guerra Civil en Balmaseda,

Además, de lo general a lo particular, el trabajo define el concepto de memoria histórica y hechos a nivel estatal, autonómico y europeo antes de centrarse en lo vivido en Balmaseda entre 1936 y 1978. Empezando por identificar con nombres y apellidos a los vecinos que vieron vulnerados sus derechos fundamentales.

Según las fuentes que han consultado, 16 personas fueron fusiladas, 72 apresadas, cuatro asesinadas mientras estaban en la cárcel, tres fallecieron en prisión, siete en bombardeos, 43 en el frente, dos desaparecieron, otras dos marcharon al exilio, once fueron procesadas por tribunal de orden público y se ha encontrado el testimonio de un torturado. Asimismo, cincuenta balmasedanos tuvieron que abandonar el municipio como niños de la guerra. Son datos aproximados que abren la puerta a ampliar la información sobre aquellos años y divulgarla a fin de reparar a las víctimas.