Mejor dentro que fuera, parecían susurrar las gélidas temperaturas con las que amaneció Bilbao el día de ayer. Miles -y miles- de vizcainos sucumbieron a la invitación exhalada por el frío y se adentraron en las tiendas en masa. El resultado fue uno de los inicios de rebajas más deseables por los comerciantes, que percibieron suma alegría en las billeteras. Dos factores se congraciaron para que ello fuera posible: un sábado en el que las compras en familia fueron protagonistas y la entrada de un frente polar que obliga a equiparse con ropa de abrigo. Ambas circunstancias se tradujeron en tiendas repletas, con largas colas en los probadores y en las cajas.

Aunque algunos comercios y enseñas llevan días exhibiendo letreros que anuncian las rebajas -debido la liberalización del periodo de saldos impuesto recientemente por el Tribunal Constitucional- el público soberano reivindicó ayer el poder de la tradición. “En días anteriores ha habido movimiento, sobre todo por los regalos de Reyes, pero hoy se ha notado mucha más gente”, aseguraba Virginia Aranburu, encargada de Calzados Ercilla, donde comenzaron con las rebajas antes de finalizar el año. Desde entonces, ha aumentado las ventas de botas de marcas como Ugg o Mou y el calzado de Gore-Tex. “No sabemos cómo lo haremos en la próxima campaña”, reconocía encogiendo los hombros en referencia a la temporada de primavera-verano.

Mientras tanto, los consumidores paseaban por las calles de la ciudad ajenos a la polémica. “Aprovecho que es sábado para cambiar una chaqueta que me han regalado en Navidad”, comentaba Aymar, quien llegó desde Gernika, al tiempo que caminaba hacia Jack & Jones. “No suelo hacer caso a las rebajas pero hoy quizás me anime a comprar un par de zapatillas”, afirmaba este joven. Más fanática de las compras demostró ser Ainhoa, una vecina de Santutxu, quien a las puertas de una Mango reconocía que sabía lo que iba a comprar porque lo había fichado antes por Internet. “He conseguido ahorrarme unos 35 euros”, exponía con una sonrisa mostrando un bolso y un vestido. “Ahora voy a Bimba y Lola, a ver si hay menos cola, porque antes daba la vuelta a la tienda”, añadía resuelta.

Los escaparates que días antes lucían promociones y descuentos cambiaron de estrategia para hacer brillar el cartel de las esperadas rebajas con porcentajes atractivos de hasta el 50% en la mayoría de los casos. Desde el Casco Viejo hasta Indautxu, pasando por la Gran Vía, las aceras eran un ir y venir de familias con afán consumista cuyas conversaciones eran monotemáticas. “A mí me gusta más mirar que comprar”, “en realidad no lo necesito, es más un capricho”, “yo no esperaría una cola de quince minutos”, fueron algunas de las revelaciones escuchadas al azar en una mañana en la que también se departió en francés o en catalán. Las aceras suplicaron más centímetros durante una jornada en la que no faltaron ni los manteros ni los músicos callejeros.

Frente a Forum Sport, en la calle Correo, Aitor Uriarte se mostraba con decisión a cumplir sus retos del año nuevo. “Si me compro la equipación ya no tendré excusas para no salir a correr”, exponía ante la mirada de escepticismo de su mujer, que sujetaba varias bolsas de Charanga, donde habían comprado ropa para el pequeño de la familia. “Crecen tan rápido que todo se les queda pequeño enseguida”, comentaba con resignación. Abrigos y jerseys, los productos estrella del día. A pocos metros de distancia, Boni García, gerente del Café Lago, se alegraba de que la tendencia de Navidad, fecha especialmente beneficiosa para la hostelería, se mantenga.

Grandes y pequeños de la mano Los dependientes El Corte Inglés apenas tuvieron tiempo para afanarse ordenando la ropa que iba amontonándose. “Esperamos recibir más de 90.000 personas, incluso más”, afirmaba Carmelo Lezana, director de Comunicación y Relaciones Institucionales del País Vasco de estos grandes almacenes. Según expuso, se trata de unas rebajas especiales, ya que entran dentro del 75 aniversario de los grandes almacenes. “Tenemos más de 4 millones de artículos al 50%”, aseguró Lezana, quien reveló que los clientes valoran mucho los descuentos en las marcas de referencia.

El hecho de que El Corte Inglés haya mantenido las rebajas en su día tradicional, junto con el resto de peces gordos del sector -léase Inditex-, es algo favorable a ojos de las asociaciones de comerciantes, quienes consideran residual el número de comercios que se lanzaron a la piscina antes. En palabras de Jon Zárate, gerente de Bilbao Dendak, “las rebajas han empezado muy fuerte, y la inmensa mayoría ha esperado al periodo establecido”. Lo mismo consideró Jorge Aio, gerente de la asociación Bilbao Centro, quien opinó que “la lógica se ha impuesto y las grandes marcas no han variado sus hábitos”.

Los saldos llegan tras una temporada que no ha sido excesivamente buena para los comerciantes, especialmente para el pequeño comercio, dadas las altas temperaturas y la falta de precipitaciones. “Tenemos que encontrar una fórmula en la que los descuentos y promociones no perjudiquen a los pequeños”, expuso Aio, quien consideró que “las rebajas nunca subsanan una temporada mala, pero facilitan que el comerciante salga adelante”. En ese sentido, se alegró del aspecto que lucían las calles de Bilbao, vivo reflejo de que aún es posible finiquitar la temporada con resultados si no positivos, sí menos negativos.