MUNDAKA. El buen tiempo y que fuera sábado propició que la zona de la Tala se llenara de gente desde bien pronto. Una docena de puestos atraían al comprador con una amplia gama de productos de la tierra junto a un stand de pintxos de bonito con Eusko Label. Aunque lo que de verdad congregó al público una nueva edición fueron los showcookings de Hamaiketako & Gintonic primero y el Maridaje entre el mar y la montaña: Conservas y Txakoli, después. La carpa quedó pequeña para acoger a todos aquellos que quisieron catar las exquisiteces que se sirvieron, ya que el número de participantes se reducía a treinta personas y no sobró ninguna plaza en las dos exhibiciones.
En el primero, el chef gernikarra Eneko Ordorika y la bartender Noelia Serna, prepararon sendas delicias cada uno en su campo. La creación del cocinero consistió en un pan de algas con un spaghetti de mar -un tipo de alga-, ligeramente tostado con un lingote de gelatina de agar agar -una substancia gelatinosa no animal de origen marino- y un zumo de tomate aliñado con un poco de salsa de soja, sal y pimienta. Todo ello decorado por último con encurtidos picados y salificados, coronados con una anchoa y alioli de manzana. Una delicatessen en toda regla. Para acompañarlo, Serna ideó un gintonic especial, pensado para la hora del vermú, con una ginebra de una graduación más baja de lo que se suele acostumbrar, flor de hibisco, dos bayas de enebro azul y un Twist de lima, que según la bartender “ha gustado mucho a la gente” tal y como pudieron comprobar cuando se acercaron a hablar con los allí presentes tras la demostración que hicieron conjuntamente.
Ellos ya estuvieron en el festival en su primera edición y quedaron satisfechos con la aceptación que recibieron, al igual que les ha ocurrido este año. “Hemos ideado una combinación para tomar a la hora del vermú, con una bebida que a todo el mundo ha sorprendido y que ha gustado hasta a aquellos que no suelen tomar gintonic”. Ordorika también se fue satisfecho tras conseguir “un pintxo ideado como algo vistoso”.
Una hora después, fue el turno del txakoli y las conservas. En este caso la oferta gastronómica fue un poco más amplia, ya que se sirvieron tres tipos de txakoli, emparejados con otras tantas pequeñas tapas. “Más que un showcooking ha sido un maridaje; hemos traído algunos productos de Conservas Zallo y los hemos combinado con tres diferentes txakolis de Itsasmendi” comentaba la responsable de la empresa Ainhize Legarretaetxebarria. La gente pudo degustar servido tres pintxos como el boquerón con ajo y perejil, dos tipos de mousse, una de bonito y otra de verdel. Y es que el Mundaka Festival es un buen escaparate a la hora de poder presentar nuevos productos y sorprender al consumidor. “Lo que hemos traído hoy aquí son de los productos más novedosos sacados al mercado hace menos de un año. Queremos enseñar otras cosas. Hoy hemos mostrado una combinación de comida y bebida, con un maridaje simple que apenas necesita preparación y que cualquiera puede hacerlo en casa”.
Conjuntamente con los productos de conserva, hubo una cata con tres txakolis de la bodega Itsasmendi. “Hoy más que un producto lo que queríamos enseñar era el trabajo que hacemos par recuperar el prestigio de la agricultura” comentaba el director técnico de la bodega, Garikoitz Ríos. El primero de los txakolis que se sirvió ayer fue creado expresamente con la etiqueta del festival. “Es un txakoli joven, informal que vale para potear” detallaba. Y es que el vino blanco autóctono es un mundo por explotar aún según los entendidos y al que auguran un gran futuro. “El Txakoli tiene un nombre pero aun así podemos hacer muchas cosas; tenemos el reto de crearle un prestigio y tenemos que trabajar en ello los productores para hacer ver que estamos haciendo un trabajo enorme. No ha sido hasta el siglo XX cuando hemos empezado con las uvas y a mi parecer podemos hacer cosas muy especiales los próximos años”. En definitiva, el festival puso en valor una año más lo mejor de los productos autóctonos en una carpa que congregó a especialistas y curiosos.
Y es que el maridaje entre música y gastronomía ha vuelto a funcionar especialmente en lo referente a las infraestructuras y la seguridad de un entorno festivalero que fue suficiente para absorber a las miles de personas congregadas en una Mundaka que ya de por sí suele estar saturada en esta época estival. Fue, quizás, la única nota negativa; ya que moverse en coche o aparcar fue casi misión imposible durante toda la jornada. Como colofón, durante la jornada de hoy, Eneko Atxa mostrará sus conocimientos en las esencias de Azurmendi. Con tres estrellas Michelin en su haber y uno de los restaurantes mejor considerados, será la despedida perfecta a un evento que espera seguir la senda abierta el año pasado.