Emilio Zunzunegi

Abanto-Zierbena - El gomero, tirabique, lanzadera, guindadera, resortera, tirachinas o, como se dice en Euskadi, tiragomas, ha dejado de ser un mero juego de niños para convertirse en una disciplina deportiva popular que en nada debe envidiar a otras prácticas donde se aúnan puntería y un buen pulso con el que hacer diana en objetos minúsculos como platos de tiro de entre 4,5 y 11 centímetros de diámetro. “Un tiragomas tiene muchos más puntos de control que muchas disciplinas de tiro con carabina o arco ya que la horquilla de esta lanzadera popular permite no solo la posibilidad de ladear el tiro a derecha o izquierda, sino que el eje vertical puede rotarse o inclinarse y además está la posición de la badana de cuero donde se aloja el proyectil que puede situarse de varias posiciones dependiendo de las características del tirador que por ejemplo puede tener gafas o no”.

Quien analiza estos detalles particulares de este juego de niños de toda la vida es Vicente Hurtado, Txente, un bilbaino asentado en Barakaldo que ha sumado una nueva txapela a su extensa trayectoria como auténtico maestro en los campeonatos de Tiragomas. De hecho, este joven, socio de la Peña Enkarterri de Tiragomas -con sede en el frontón Txikito de Gallarta- atesora en sus vitrinas 5 de los 10 campeonatos de Euskadi celebrados hasta el momento así como dos Campeonatos de España -en los años 2006 y 2008- y el campeonato del mundo oficioso celebrado en Lekeitio en 2006.

“Para los aficionados al tiragomas, o gomero como le dicen en Asturias, o tirabique o tirabeque como le llaman en Cantabria o tirachinas como se le llama en el resto del Estado, nuestra utopía es que este deporte de precisión tenga un reconocimiento federativo propio y no como un asimilado a otras disciplinas de tiro y porqué no, que pueda un día ser un deporte olímpico como el tiro con arco o el tiro olímpico”.

A buen seguro practicantes no le iba a faltar a esta disciplina ligada a los recuerdos de infancia donde con una horquilla, sacada de cualquier kima o de los somieres de metal, las gomas que te daba el zapatero o el cartero y un trozo de cuero, los niños se dedicaban a atormentar a los pajarillos, las señales de tráfico y las piernas de alguna que otra niña que pasara por allí. “Hoy día los tiragomas han evolucionado mucho en su diseño y configuración y especialmente en la técnica de tiro en la que los tiradores vascos hemos creado escuela”, reseña Txente, quien recuerda escenarios populares del Estado donde ellos acudían a tirar con rodamientos -ahora ya popularizados en el tiro de precisión- y donde se lanzaba sobre bombillas y otro tipo de objetos.

Decanos “En Euskadi llevamos muchos años fomentando el tiragomas tanto a nivel popular como a través de la asociación de Tiragomas Enkarterri, la decana en este deporte que a pesar de no llevar más de 15 años como asociación registrada, ha sido durante más de 40 años la impulsora de campeonatos en todas las fiestas populares de Ezkerraldea, Meatzaldea y Enkarterri”, remarca Txente Hurtado quien reconoce el lujo de contar entre sus filas con figuras como Alfonso Acero, “la persona que más sabe de tiragomas, y mi maestro a la hora de confeccionar los artilugios”.

Txente destaca que aún hoy se siguen elaborando los tiragomas tradicionales de madera sacados de una kima de árbol pero en el nivel en el que se mueven los mejores tiradores estatales, que ya tiene en rojo la fecha del 2018 cuando se celebrará el Campeonato del Mundo en Umbria (Italia), estas tiraderas son auténticas joyas de diseño.

“El tiragomas con el que yo compito esta hecho con trozos de madera de roble, cedro, palo violeta, boj, nogal junto a trozos de metacrilato azul y aluminio”, apunta Txente, quien destaca que uno de los factores más importantes en el tiro “es la concentración para aguantar el pulso y apuntar bien”. Eso y “la paciencia de mi mujer Ane y mi hija Naia, que me permiten disfrutar de esta pasión”. Una pasión que comparte con cerca de 40 tiradores de ambos sexos de la Peña Enkarterri.